La UE no quiere hablar de fracaso en la crisis iraquí
La palabra fracaso no existe en el diccionario del presidente de turno de la UE (Grecia) ni en el seno de la Comisión Europea, aseguran en Bruselas. El Alto Representante de Política Exterior de la UE confesó el lunes su sentimiento de derrota. "El desahogo de Javier Solana se ha dramatizado tal vez", afirmó ayer una fuente comunitaria. El propio Solana afirmó ayer tarde, a través de su portavoz, Cristina Gallach, que sus manifestaciones en respuesta a una pregunta de un periodista "fueron la constatación de un estado anímico de frustración y de un estado político de impotencia" ante un caso de división palmaria entre los Quince.
El Alto Representante de la UE, cuyo mandato concluye en octubre de 2004, no se plantea dimitir. "No hemos entrado en la melancolía", subrayó Gallach. Solana estará mañana en Washington junto al ministro de Exteriores griego, Yorgos Papandreu, en las reuniones con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
En círculos diplomáticos de Bruselas las palabras de Solana no han provocado gran revuelo, pero tampoco han pasado inadvertidas. Hay quienes las han recibido con cierta sorpresa debido a su "optimismo nato"; quienes las comparten porque expresan un "sentimiento generalizado", y quienes las ven en clave española y las interpretan como una crítica al alineamiento del presidente del Gobierno, José María Aznar, con EE UU.
No al derrotismo
"No hay que caer en el derrotismo", dijo ayer el portavoz oficial del Ejecutivo comunitario, el británico Jonathan Faull, que a mediados del mes próximo dejará el puesto. Romano Prodi, presidente de la Comisión, no quiere tampoco emplear la maldita palabra fracaso, aunque califica de "deplorables" las divergencias que Irak ha despertado en el seno de la UE. Y Chris Patten, comisario de Relaciones Exteriores, prefiere aparcar por un instante el asunto iraquí para señalar que "se han hecho muchas cosas, pero que aún queda bastante por hacer ".
Tanto la Comisión como el Consejo consideran fuera de lugar plantear las divergencias sobre Irak como un caso de infracción del Tratado de Maastricht, en lo que respecta a la necesidad de coordinar la política exterior europea en los foros internacionales. Valéry Giscard d'Estaing, presidente de la Convención para la reforma europea, insinuó esa posibilidad al referirse a la carta que cinco líderes de países de la UE, entre ellos España, y otros tres de la ampliación publicaron en enero respaldando las tesis de George W. Bush.
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