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Entrevista:JAVIER MUNIOZGUREN | Director de la Escuela de Ingenieros de la UPV

"La UPV está obligada a llevarse bien con los poderes públicos"

Los rostros al óleo de sus predecesores al frente de la centenaria Escuela de Ingenieros de Bilbao contemplan a Javier Muniozguren (Bilbao, 1953) en su enmaderada Sala de Juntas. Director del centro con más alumnos de la UPV y uno de los más activos en su relación con el entorno empresarial, advierte de la necesidad que tiene esta universidad de "llevarse bien" con los poderes públicos.

Pregunta. ¿Su escuela es el buque insignia de la UPV?

Respuesta. Creo que sí, directamente. Ahora, no es el único. Pero por antigüedad, por trabajo continuado en el tiempo, por imbricación en la sociedad, sí creo que somos el buque insignia, y además nos estamos esforzando para seguir siéndolo.

P. El prestigio de los profesionales que forma la Escuela es innegable, pero también es notorio su grado de exigencia. ¿El elevado número de alumnos que repite curso o abandona es un indicador de calidad?

"Somos el 'buque insignia' de la UPV y nos estamos esforzando para seguir siéndolo"
"La universidad en su conjunto no ha estado atenta al empleo de sus alumnos"

R. Voy a hacer dos observaciones. Primero, voy a decir algo que no es mío, pero que comparto: el fracaso escolar existe porque existe el éxito escolar. La segunda observación es que no existe el abandono a partir del primer curso. Respecto a los alumnos que repiten, sí que es una carrera muy cargada, son 75 créditos muy cargados, a los que hay que sumar la reválida, el proyecto de fin de carrera, y luego hay una formación complementaria que exige tiempo. Esto supone una carrera de seis años frente a los cinco que tenemos sobre el papel. Y la media de terminación de los estudios es de seis años y medio.

P. ¿Es cierto que en primer curso se hace una criba deliberada para dejar fuera a un elevado porcentaje de los estudiantes que entran?

R. Es radicalmente falso. Es más, puedo afirmar que en los últimos años estamos lanzando continuos mensajes, comentarios eso sí, nunca imposiciones, de que hay que aprobar más porque la formación previa con la que llegan los alumnos, y lamento tener que decirlo, no es la misma con que llegaban en el pasado, lo que nos obliga a dar un complemento de formación a lo largo de los estudios. A mí personalmente me gustaría hacer más ingenieros, porque la industria ahora mismo nos está pidiendo más ingenieros. Ahora, lo que tampoco podemos hacer es ampliar el número de ingenieros con una merma de calidad. Eso es lo que no vamos a hacer nunca.

P. Su centro tiene, con tres vicerrectores, la mayor presencia en el equipo rectoral. ¿Hay mayor receptividad a sus demandas?

R. Pedimos muy poco. La mayor parte de los proyectos que arrancamos los hacemos con financiación exterior.

P. A pesar de esa nutrida presencia, Ingenieros siempre ha tenido fama de ir por libre. ¿Esa fama es real?

R. Si ir por libre significa que intentamos buscar financiación a través de las empresas, que tenemos una política activa de empleo de nuestros alumnos que no tiene la UPV, que intentamos dar más valor añadido a lo que paga el contribuyente y recibe esta escuela, sí se puede decir. Si ir por libre quiere decir desgajarnos de la UPV, ése es un proyecto que se abandonó hace varios años. Además, trabajamos pensando que todo lo que mejore la Escuela mejora la UPV.

P. Uno de los vicerrectores de Ingenieros, Armando Bilbao, se encarga de las relaciones con la empresa. ¿Es casual?

R. No. Ese cargo lo debe ocupar alguien que se mueva en un entorno de relación con la empresa y es conocido que no toda la universidad valora esa relación. Los que sí lo valoramos, no sólo Ingenieros, también Económicas, Empresariales... tenemos un sentir que no es mayoritario en la UPV.

P. ¿Qué futuro le cabe a la UPV si no se relaciona con la sociedad?

R. Antes o después quebrará. Pero seguro que se relacionará, aunque en determinados ambientes sea como beber aceite de ricino. Bueno, beberán aceite de ricino. No hay más remedio.

P. ¿Esa falta de relación puede explicar el elevado índice de paro de los universitarios, algo que no es, desde luego, el caso de su Escuela?

R. La universidad, no la UPV en particular, sino la universidad en su conjunto, no ha estado atenta al empleo de sus alumnos. Me parece un error, y un error que se paga.

P. En el caso de la UPV, éste no parece ser el único error de creer la cascada de críticas que recibe de unos y otros. ¿Qué opinión le merece?

R. Creo que varias de esas críticas son injustas. Se le está reprochando a la universidad en algunos casos que cumpla la ley. Eso es injusto. Habría que respetar las instituciones. Esto por un lado. Luego, la UPV está obligada a llevarse bien con los poderes públicos, tenga quien tenga razón, por la institución. Hay que mimar un poco la institución, sobre todo si ésta no es demasiado sólida, como es el caso de la UPV. Todavía no tiene el suficiente recorrido como para haber cumplido una centuria y estar un poco más posada. No la ayudamos teniéndola continuamente en este tipo de saraos que aportan muy poco al espíritu crítico de la ciencia, de la creación de conocimiento, y más parecen riñas de otro ámbito.

P. ¿Qué solución propone?

R. Sólo soy un espectador, pero sí que creo que hay que rebajar tensión y no enzarzarnos en una pugna mediática que no sé a quién interesa, que creo que no interesa a nadie, aparte de los profesores de la universidad.

P. ¿Y la imagen que se da de la UPV?

R. Horrible, horrible. No entiendo muy bien cómo se está gestionando este asunto. Creo que hay que hacer una labor mucho más profesional.

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