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La izquierda acusa al Gobierno de CiU de aparcar los sondeos para tapar el "escándalo"

Line Staff se negó a seguir elaborando los barómetros para Presidencia

Se acabaron, por ahora, los polémicos barómetros que el Departamento de Presidencia encargaba periódicamente a Line Staff. El Gobierno de Convergència i Unió (CiU) ha decidido poner fin a estas encuestas públicas, que en los últimos años se han visto salpicadas por varios "errores y omisiones", siempre en beneficio del conseller en cap, Artur Mas. La izquierda consideró insuficiente la medida y reclamó que el Ejecutivo asuma responsabilidades políticas. Un portavoz de Line Staff precisó que ha sido esta empresa la que ha renunciado a renovar el contrato con la Generalitat.

El Gobierno catalán, que hasta ahora consideraba "muy poco trascendentales" los "pequeños errores advertidos", ha cortado por lo sano y suprimirá los barómetros oficiales justo antes de que la polémica llegue al pleno del Parlament. El Partido Popular (PP), socio parlamentario de CiU desde 1996, interpelará mañana al Consell Executiu en la Cámara para esclarecer la "farsa" de los sondeos públicos.

Todos los grupos de izquierda,que han presentado también varias iniciativas, consideraron ayer insuficiente la decisión de la Generalitat y exigieron responsabilidades. El Partit dels Socialistes (PSC) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) reclaman el cese de David Madí, secretario de Comunicación del Departamento de Presidencia y uno de los principales colaboradores de Mas.

La difusión de los barómetros de Line Staff es responsabilidad de Mas y su equipo desde principios de 2000. Pese a que los sondeos públicos dependen de Presidencia, los barómetros fueron asumidos por el entonces portavoz del Gobierno. Antes de que Mas dirigiera Presidencia -cuando fue nombrado conseller en cap- los resúmenes entregados a la prensa y al Parlament llevaban el sello del gabinete del portavoz del Gobierno, dirigido por Madí.El secretario general de Presidencia, Carles Duarte, confirmó ayer que el contrato con Line Staff se ha extinguido y que la Generalitat, de momento, no convocará ningún concurso para elaborar nuevos sondeos, como informó ayer El Periódico de Catalunya. Duarte admitió "errores y omisiones" en los sondeos, pero rechazó que pueda hablarse de manipulaciones. Pese a ello, subrayó que el contrato con Line Staff "no se prorrogará".

Line Staff, que ha sido en los últimos años una de las empresas predilectas de la Generalitat y de Convergència Democràtica (CDC), dio una versión distinta del fin de los barómetros: Jaume Montané, administrador de la empresa, explicó a este diario que Line Staff ya comunicó a Presidència hace dos semanas que no tenía ningún interés en renovar el contrato "por razones obvias".

El portavoz del PSC, Miquel Iceta, consideró 'lógico' que Line Staff deje de elaborar los sondeos porque lo contrario, dijo, 'provocaría una risotada general'. No obstante, Iceta señaló que con esta decisión el Gobierno catalán sólo busca 'eludir responsabilidades y esconder' el escándalo. 'El Parlament todavía no tiene una respuesta sobre la manipulación de encuestas, los engaños, las mentiras y la posible malversación de fondos públicos', afirmó. El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, pidió que el Ejecutivo 'busque otra empresa que ofrezca garantías', aunque también insinuó que el origen de las manipulaciones 'hay que buscarlo en el interior del Ejecutivo: 'Con otra empresa no significa que las encuestas que haga no puedan ser manipuladas por alguien que no tenga nada que ver con la compañía', dijo. El portavoz de ICV, Joan Herrera, opinó que la supresión de los barómetros no sería la solución. Iniciativa insiste en exigir el cese de Madí. El PP quiere que sea Mas quien comparezca mañana en el Parlament, pero el conseller en cap pretende quedar al margen de la polémica. Aunque la difusión de encuestas depende de Presidencia, será el portavoz del Gobierno, Felip Puig, el que previsiblemente comparecerá ante la Cámara, según confirmaron fuentes del Gobierno. Los 'errores' advertidos en los sondeos oficiales beneficiaban a Artur Mas y perjudicaban a los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, al democristiano Josep Antoni Duran y al popular Josep Piqué.

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