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Sando, la primera constructora andaluza, traslada su sede social a Madrid

La empresa malagueña facturó 360 millones de euros el año pasado

La primera constructora andaluza, Sando, que en 2002 facturó 360 millones de euros, ha instalado su sede social en Madrid desde finales del año pasado. José Luis Sánchez Domínguez, su presidente, justifica la medida "por la necesidad de crecer": la mitad del negocio de la constructora se realiza fuera de Andalucía. Las obras públicas representan el 80% del volumen de negocio de esta compañía y el resto son obras para particulares.

Sánchez Domínguez, que empezó como constructor "con ocho o diez empleados en 1964", creó Sando en 1974. El grupo tiene en la actualidad más de mil trabajadores en plantilla "y otros tres mil de empresas auxiliares que trabajan sólo para nosotros". La importancia en empleo y facturación de la constructora hace más destacada la marcha de su sede social a Madrid. "Necesitamos nuevos horizontes y crecer y para eso hay que estar en Madrid, pero el domicilio fiscal sigue estando en Málaga, como siempre", apunta su presidente. En este momento, el grupo realiza la mitad de su negocio fuera de Andalucía. Por ejemplo, forma parte de la unión temporal de empresas que está construyendo la nueva pista de Barajas.

Fuera de España, después de la Expo de Lisboa, sólo está trabajando en un proyecto de cooperación (viviendas), que la Junta realiza con varias empresas regionales en El Salvador. Una parte sustancial de las obras públicas que realiza Sando está en Andalucía, como el nuevo muelle del puerto de Málaga, un tramo de la autovía Jerez-Los Barrios, dos tramos del AVE Córdoba-Málaga o la circunvalación de Málaga a Rincón de la Victoria. En el campo privado, la inmobiliaria del grupo tiene promociones en distintos puntos del litoral andaluz, desde San Fernando (Cádiz) hasta Nerja (Málaga).

Uno de los aspectos más polémicos del negocio de las empresas de la construcción es la extracción de áridos en las canteras, criticada en algunas localidades, como Alhaurín de la Torre. Sánchez Domínguez, que tiene una decena de canteras en la región, defiende esta actividad: "En Andalucía se necesitan todos los años 70 u 80 millones de toneladas de áridos para hacer las obras. Sin áridos no hay hormigón, ni obras, ni carreteras, ni viviendas. Es una minería estratégica, que no tiene subvenciones como la energética o la metalúrgica, y encima no está bien vista". En su opinión "también contamina menos" que otras minerías, aunque el polvo de las canteras es muy criticado por organizaciones vecinales y ecologistas. Sánchez Domínguez insiste en que "la incidencia es mínima y es obligatoria una fianza para restaurar el entorno cuando termine la actividad". En todo caso, critica que "compañías multinacionales tengan concesiones muy grandes en superficie en comparación con las que disponen las empresas andaluzas".

Sánchez Domínguez se muestra "inquieto" ante la posibilidad de que haya finalmente una guerra con Irak. "Aunque no sea el único motivo, el ambiente de los negocios está muy afectado; el año pasado las cosas no han sido tan alegres como en el 99, 2000 ó 2001; se ha notado la recesión", comenta. Sando terminó 2001 con un beneficio de 50.000 millones de pesetas (300,5 millones de euros) y "el año pasado tuvo un crecimiento de un 10%, hasta situarse en 330 millones, pero también hemos vendido un bloque en Madrid por 30 millones, un beneficio que se podría considerar atípico, que sitúa nuestro saldo final en 360 millones".

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