Alerta cuando la hija quiera comer sola

La revista Pediatrics, editada por la Academia Americana de Pediatría y referente mundial de la especialidad, ha publicado en su número de febrero el resultado de un estudio epidemiológico realizado por investigadores de la Clínica Universitaria de Navarra en el que se identifican los principales factores de riesgo de la anorexia nerviosa y la bulimia.

Además de la edad, el hábito de comer a solas, la lectura de ciertos contenidos de las revistas juveniles y la situación de inestabilidad familiar en la población femenina de entre 12 y 21 años son los factores de riesgo que más predisponen a sufrir trastornos alimentarios.

La Clínica Universitaria de Navarra (CUN) ha presentado las conclusiones del estudio epidemiológico realizado a una muestra representativa de 2.862 chicas navarras de entre 12 y 21 años, seleccionadas en 40 centros educativos de toda Navarra. Se trata de una de las aproximaciones metodológicas más extensas realizadas hasta la fecha para determinar los factores que pueden facilitar la aparición de la anorexia y la bulimia.

La Academia Americana de Pediatría publica un estudio sobre 2.862 chicas navarras

Tras una primera fase de identificación personal y de conocimiento de sus hábitos, el 4% de las chicas seleccionadas quedaron apartadas del estudio porque se constató que ya padecían algún tipo de transtorno de la alimentación. Entre las jóvenes excluidas, el 0,5% padecía anorexia, el 2%, bulimia y el 1,5% otros trastornos de la alimentación no especificados, según Miguel Ángel Martínez, director de la Unidad de Epidemiología y Salud Pública de la Clínica de Navarra.

El estudio fue elaborado con un diseño epidemiológico de cohortes (estudio observacional que clasifica a los participantes en grupos según estén o no expuestos al posible riesgo), que supuso el seguimiento prospectivo de un amplio número de jóvenes que en ese momento no sufría la enfermedad.

El seguimiento de las casi 3.000 jóvenes navarras seleccionadas se mantuvo durante 18 meses. Al término del proceso, un equipo de psiquiatras realizó una nueva evaluación y encontró 90 casos nuevos en los que se comenzaban a percibir síntomas de anorexia, bulimia u otros trastornos asociados, según la aplicación de los criterios vigentes en la Asociación Americana de Psiquiatría. Las chicas fueron examinadas por primera vez en 1997. Los resultados del estudio demuestran que la probabilidad de sufrir la enfermedad se materializa en un trastorno efectivo en una de cada 25 jóvenes en situación de riesgo.

De los datos extraídos del estudio se deduce que los tres principales factores de riesgo de las jóvenes son el comer habitualmente a solas y sin el control directo de ninguna persona adulta, la lectura de ciertos medios de comunicación (revistas juveniles centradas en moda y belleza) y el vivir una situación familiar de inestabilidad (padres viudos, divorciados o separados).

Del total de encuestadas, 440 (el 14%) señalaron que comían solas. El estudio desvela que este factor triplica el riesgo de padecer anorexia o bulimia. El estado civil de los padres es, según la muestra realizada en Navarra, el segundo factor de riesgo. En este caso, duplica las posibilidades de padecer trastornos alimentarios. El estudio de los hábitos sociales manifestados a los encuestadores por las jóvenes permitió comprobar que la lectura de ciertos contenidos muy frecuentes en las revistas dirigidas a niñas y adolescentes, en los que se aboga por diversos tipos de dietas milagro u otras prácticas peligrosas para la salud, constituía un importante factor de riesgo. De hecho, esos mensajes duplican el riesgo ante la anorexia y la bulimia en una edad y grupo social en el que predomina la baja autoestima y una frágil personalidad.

Salvador Cervera, director del departamento de Psiquiatría de la CUN, explicó que la incidencia de la anorexia se había apreciado especialmente en mujeres jóvenes con perfiles intelectuales altos.