"España no tiene ningún interés en el conflicto"
Lealtad, transparencia, coherencia y responsabilidad son las expresiones machaconas de Rodrigo Rato (Madrid, 1949) en un despacho del Congreso de los Diputados, cuando, recién terminada una reunión, se lanza a hablar del papel de España en el conflicto con Irak.
Pregunta. ¿Cuál es su posición personal sobre la guerra de Irak?
Respuesta. Cada cual debe ser responsable de lo que es. Yo, en estos momentos, aunque sea temporalmente, soy miembro del Gobierno y, por lo tanto, mi posición es claramente partidaria de que Irak cumpla con las resoluciones de Naciones Unidas, que le exigen que no tenga armas de destrucción masiva.
P. ¿Es Irak en este momento el mayor peligro mundial?
R. No sólo lo creo yo ni este Gobierno, lo cree el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que en otoño pasado aprobó por unanimidad la resolución 1.441, incluida Rusia, incluida China, incluidas Alemania y Francia. El Consejo de Seguridad considera que Irak no ha cumplido con las obligaciones impuestas hace más de 10 años y que tiene un arsenal descubierto en 1998 por los inspectores, cuando los expulsa. Un arsenal que pone en peligro la paz y, por tanto, la ONU le exige que se desarme.
"En Kosovo, la Alianza Atlántica intervino sin resolución del Consejo de Seguridad y no pareció sentirse limitada"
"El Gobierno estaba informado a principios del verano pasado de la decisión firme de EE UU de desarmar a Irak"
"El vínculo atlántico y las relaciones con Estados Unidos forman una parte central de nuestra política de seguridad"
"Despejada la incertidumbre y superado el problema del petróleo, la economía mundial estará en una buena situación"
"Emplazo a los demás partidos a decir lo que están diciendo cuando haya una segunda resolución de Naciones Unidas"
P. España es, junto al Reino Unido, el país europeo más decantado a favor de la Administración Bush.
R. ¿Cuántos miembros hay en la OTAN?
P. Son 19.
R. Sí, 19, menos Estados Unidos, 18. Menos tres... 15 países están respaldando en este momento, junto con EE UU, la defensa de Turquía si fuese atacada por Irak.
P. Me refería a fijar posición...
R. Quizá nos estamos fijando más en lo que dice el Gobierno español, pero en la OTAN 15 de 18 Gobiernos europeos están con Estados Unidos. Parece que coincidir con Estados Unidos en este tema sea, desde un tipo de dialéctica, un anatema, y coincidir con Estados Unidos, por ejemplo, en el futuro del pueblo saharaui no tenga importancia.
P. ¿El Gobierno español tuvo información directa de Estados Unidos muy pronto?
R. A principios del verano pasado el Gobierno estaba informado de la decisión firme de Estados Unidos de obligar a Irak a desarmarse. Nosotros hemos visto claro que había un problema de seguridad. Pero también lo debieron ver los otros, porque votaron la resolución 1.441 por unanimidad.
P. ¿La comunicación y buena sintonía entre Aznar y Bush ha sido determinante para el alineamiento?
R. España no se está saliendo de su línea de política internacional, marcada cuando era presidente del Gobierno Felipe González, con un montón de dudas y de zigzags, y continuada por José María Aznar. Desde hace mucho tiempo y con muchas vicisitudes se ha ido construyendo una política exterior y de seguridad en la que la OTAN, el vínculo atlántico y las relaciones con Estados Unidos forman una parte central de nuestra política de seguridad. Todos somos conscientes de lo que ha costado construir ese consenso. No es que el Gobierno actual considere que el vínculo atlántico y Estados Unidos son esenciales, es que el Gobierno que se presentó a las elecciones y que ganó por mayoría absoluta prometiendo la desaparición de las bases norteamericanas, después corrigió y consideró que eso no era adecuado a los intereses de España.
P. ¿Si la política es continuista, por qué se han quedado solos?
R. Quizá España, frente a otras posiciones de otros momentos, lo que está haciendo en esta cuestión es tener una doctrina muy transparente. Estamos diciendo las mismas cosas en todos los sitios, aquí en el Parlamento, en la ONU y en la OTAN. Esto puede parecer que es más definido que otras veces. Creo que no es así, porque al final los resultados de nuestra colaboración en la guerra de 1991 fueron muy importantes en términos jurídicos y militares para Estados Unidos y para la coalición. El pueblo español va a agradecer tener un Gobierno que le está diciendo todo el tiempo las mismas cosas, independientemente de que no le guste la guerra y de que se manifieste contra la guerra. Me parece lo lógico. Yo estaría preocupado y asustado si las manifestaciones fueran a favor de la guerra, e incluso si no hubiera manifestaciones. La gente hace bien en exigir la paz.
P. ¿Si no fuera ministro iría a la manifestación?
R. A esa pregunta no voy a contestar, pero estar contra la guerra siendo miembro de un Gobierno es defender la legalidad internacional.
P. ¿Y al Gobierno no le preocupa actuar con más del 80% de la opinión pública en contra?
R. Siempre que hay una situación de este tipo, en los países democráticos se produce un rechazo popular. Recuerdo el año 1991. La opinión pública no es favorable en estas cuestiones. No lo ha sido nunca ni lo va a ser.
P. ¿Pero no hay también un exceso de posición preventiva, de decidir antes de acudir al Parlamento?
R. La opinión pública va a valorar que este Gobierno está en una posición transparente, en una posición activa para que no haya conflicto, y la única manera de que no haya conflicto es que Sadam Husein diga que se ha desarmado y sólo lo va a hacer si no le queda más remedio. Eso es así, qué le vamos a hacer. Yo comprendo todas las reacciones exteriores, las de los jóvenes en nuestros actos, las de los artistas en las galas de cine, las de la población. Entiendo que la gente no quiera ningún conflicto. Nosotros no queremos un conflicto. España no tiene ningún interés en este conflicto con Irak. Para mí, los españoles quieren la paz en un mundo donde las reglas internacionales y no la fuerza sean el instrumento de las relaciones entre los pueblos.
P. El Gobierno se ha quedado sin aliados en el Parlamento.
R. El partido socialista ha cambiado de posición por lo menos seis veces en las últimas semanas con respecto a la resolución, a los inspectores, con respecto a Irak, con respecto a todo. Y además su posición no coincide con la posición que el partido socialista mantuvo cuando estaba en el Gobierno, hace 10 años. Con CiU estoy de acuerdo con lo que dijo el señor Pujol en Estados Unidos, pero eso no lo podría votar aquí con su partido. Entonces, que se lo expliquen a su electorado. Queremos que no haya conflicto, pero estamos convencidos que es imprescindible que Sadam Husein no sea un riesgo. Además, el terrorismo internacional es una prioridad de España. Emplazo a los demás partidos políticos para decir lo mismo que han dicho el sábado, a decirlo en el Parlamento cuando haya una segunda resolución de Naciones Unidas.
P. No es sólo España. Europa está enfrentada.
R. Nosotros hemos sido siempre partidarios del Consejo de Seguridad, desde el punto de vista de considerar que la resolución 1.441, aunque legalmente diera base, no era políticamente suficiente. Estados Unidos ha aceptado esa necesidad política. En el debate sobre el unilateralismo, ésta es una clara apuesta por el multilateralismo.
P. ¿La división en la UE no es un desastre para Europa?
R. Tenemos que ponernos de acuerdo sobre si el Consejo Europeo sólo obliga a unos y no a otros. El consenso europeo se fija en Bruselas en la resolución de los 15 ministerios de Exteriores. Después, hay dos países que plantean una iniciativa política no exactamente coincidente con el Consejo, rompen el consenso. Y hay otros ocho países , ni siquiera oficialmente, pues son primeros ministros que escriben un artículo en el que hacen unas argumentaciones de la importancia del vínculo Europa-Estados Unidos. No dicen nada más.
P. Usted aludió antes a la necesidad política y también hay que respetar el orden jurídico internacional
R. En Kosovo, la Alianza Atlántica intervino y no pareció sentirse muy limitada por la falta de resolución del Consejo de Seguridad. Y todos recordamos quiénes fueron los que hicieron la intervención y a los que se les pidió que hicieran la intervención.
P. ¿La decisión de atacar está ya tomada?
R. Si Sadam Husein deja de tener armas de destrucción masiva o demuestra que las ha destruido todas no veo por qué tiene que haber intervención militar.
P. ¿Hay posibilidades de una solución pacífica?
R. En los últimos siete días hemos visto claramente que la presión internacional está funcionando. Se mantiene más la paz con una postura clara y firme, como la del Gobierno, que dando bandazos políticos. A lo que está reaccionando Sadam Husein es a la determinación internacional. Por eso, nosotros somos partidarios de la máxima firmeza internacional como única alternativa a la guerra.
P. ¿Ser un aliado fiel puede reportar ventajas a corto plazo?
R. Ser un aliado no firme nunca tiene ventajas. Si nosotros consideramos que uno de los elementos básicos de las relaciones exteriores de nuestro país y de seguridad es el vínculo atlántico, seamos un aliado fiel.
P. ¿El Gobierno tiene una estrategia para entrar en el grupo de grandes países, para cumplir la aspiración de España dentro de un G-9?
R. Mi experiencia es que los norteamericanos, sobre todo en los ámbitos de la Secretaría del Tesoro, consideran que hay un exceso de representación europea en los organismos internacionales informales. Hay países como China, Brasil, México o India que no están.
P. Los mercados caen y el petróleo sube bajo la amenaza de guerra.
R. La incertidumbre es muy mala. Una de las causas del retraso de la recuperación económica en 2002 fue la incertidumbre provocada por Enron y otros escándalos similares, y ahora lo es la provocada por el conflicto. El precio del petróleo no se corresponde exclusivamente con la situación de oferta y demanda. Además, hay una coincidencia con la crisis venezolana. Y aunque la economía española siga manifestándose muy robusta o robusta, no estamos aislados del mundo.
P. Lo de robusta lo dice por el descenso del IPC en enero.
R. El IPC tiene aspectos favorables, el más importante es la inflación sin alimentos y sin energía, que baja por primera vez desde febrero de 2001 al 3,2%. Y tiene aspectos que siguen siendo no buenos, como la evolución de los alimentos, pero en su conjunto sigue marcando una tendencia hacia el 3%. Los efectos de los impuestos indirectos del año pasado han desaparecido, porque el efecto euro es menor y también porque hay una cierta moderación en la demanda.
P. Pero la inversión en bienes de equipo continúa mal.
R. En los meses de octubre noviembre y diciembre ha habido recuperación industrial, con un índice por primera vez positivo en varios trimestres. Incluso en diciembre se produjo una evolución positiva de la inversión. En la economía española se está produciendo una recuperación de lo que iba mal, como los bienes de equipo, y no se está deteriorando lo que iba bien. Y sigue manteniéndose muy vigoroso el crecimiento en el empleo. Si tenemos en cuenta los efectos en la demanda de las familias de los 7.000 millones de euros de ingresos que se van a producir entre rebajas de impuestos y revisiones de pensiones y de salarios, la sociedad española se enfrenta al horizonte de este año con unos recursos muy considerables. No estamos en ninguna mala situación.
P. ¿Y las Bolsas?
R. El principio del año ha demostrado que las Bolsas estaban apostando por una recuperación. Los datos empresariales también apuntan a que eso sería lo lógico, incluso el precio del dinero. La incertidumbre política ha frenado ese movimiento.
P. Estados Unidos apuesta por una guerra rápida y una posguerra de recuperación veloz.
R. La desaparición del conflicto será muy beneficiosa para la economía mundial, que está relativamente muy saneada y no tiene tensiones inflacionistas. El nivel de déficit público todavía no es peligroso en aquellos países que lo tienen, que no es nuestro caso. El saneamiento de las compañías es muy importante y los índices de cotización bursátiles son atractivos, por lo menos en Europa y en España. Se ha producido un saneamiento en países emergentes, aunque muy costoso en términos sociales, como es el caso de Argentina. Hay un problema de materias primas, principalmente de petróleo, y de incertidumbre política. Despejadas esas dos cuestiones, la economía mundial estará en una buena posición.
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