Palacio traslada a los portavoces de Exteriores la preocupación por la crisis de la OTAN

El Gobierno puso ayer en práctica el compromiso adquirido el día anterior, a iniciativa de CiU en una moción parlamentaria, de conversar con asiduidad con los grupos parlamentarios de la evolución de la crisis con Irak. La ministra Ana Palacio comenzó la ronda de conversaciones con los portavoces parlamentarios de Exteriores del PSOE, CiU y Coalición Canaria. La titular de Exteriores no dejó duda alguna de la preocupación del Gobierno sobre la división que este conflicto ha desatado en la OTAN y calificó de "crisis sin precedentes" la situación que sufre la alianza atlántica.

La ministra aseguró al portavoz del PSOE que el presidente del Gobierno está "muy firme" en sus posiciones respecto al conflicto de Irak. "Nosotros también", le respondió el portavoz socialista en la comisión de Exteriores, Manuel Marín. Sólo unos minutos antes de esa conversación, Aznar había tildado de "oportunista y electoralista" al líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero por defender alternativas distintas a la guerra para solucionar el conflicto con Irak.

La ministra comenzó la ronda de conversaciones nada más llegar al Congreso de los Diputados procedente de Lanzarote, donde se había celebrado la cumbre bilateral entre España y Alemania. Los portavoces de Exteriores con los que intercambió puntos de vista, sin embargo, precisan que no hubo información sustancial sino tan sólo el traslado de su evidente preocupación por la división en la OTAN.

La titular de Exteriores había convocado telefónicamente a los portavoces de los grupos parlamentarios dándoles cita para esa misma tarde en el Congreso, donde se estaba celebrando un pleno. Después de la convocatoria, no hubo tiempo para todos los diputados.

La ronda empezó con el portavoz de CiU, Ignasi Guardans, y la conversación, como con el resto, comenzó por la cumbre bilateral hispano-alemana que había finalizado unas horas antes.

Pero el punto clave y el objeto evidente de preocupación de Ana Palacio y del Gobierno es la división en el seno de la OTAN a propósito del posible ataque a Irak. La ministra, según señalaron ayer sus interlocutores, no dudó en calificar de "crisis sin precedentes" el enfrentamiento que se está produciendo entre los socios atlánticos. Ana Palacio manifestó a CiU que la solución al conflicto pasa porque Francia, Alemania y Bélgica asuman la última propuesta del secretario general de la OTAN, George Robertson.

El argumento estriba en que ha sido un socio, Turquía, quien ha solicitado la defensa por parte de los demás aliados. El portavoz de CiU transmitió a la ministra que en este punto concreto sí coincide con las tesis del Gobierno y confía en una pronta solución a esta división.

Guardans aseguró que la ministra había mostrado durante la entrevista la inquietud del Gobierno por "el riesgo de descomposición de la OTAN".

Intermediación en Europa

Esta misma preocupación fue el objeto de las reuniones con Manuel Marín, del PSOE, y de Luis Mardones, de Coalición Canaria. Con ambos hubo un somero intercambio de lo ocurrido horas antes en Lanzarote con los dirigentes del Gobierno alemán.

La ministra informó que ninguno de los dos mandatarios, José María Aznar y Gerhard Schröder, intentó convencer al otro de sus encontradas posiciones respecto al conflicto de Irak. El portavoz canario Luis Mardones apuntó que quizá el presidente español debía desempeñar en esta crisis un papel de intermediación en Europa y, en todo caso, no separarse de Francia y Alemania. Este portavoz expresó su enorme preocupación por el impacto que la guerra tendría en el turismo, singularmente el alemán, para las islas Canarias.

Tanto Mardones como Marín no consideraron que la reunión "cordial" celebrada con la ministra en el Congreso fuera de carácter informativo toda vez que no les transmitió información relevante alguna.

Mardones recordó a la ministra que existe un cauce para transmitir información reservada a través de la Comisión de Secretos Oficiales. Pero no hubo un compromiso en este sentido por parte de la ministra sino su voluntad de mantener la comunicación fluida con los portavoces parlamentarios de Exteriores.

El curso de la conversación con el socialista Manuel Marín fue también correcto y de nuevo se intercambiaron puntos de vista sobre la cumbre alemana. Muy divergentes fueron las posiciones que mantuvieron ambos aunque tampoco trataron de convencerse.