El FMI investigará si los préstamos dados por Camdessus perjudicaron a Argentina
El Fondo cuestiona si se empujó al país a la ruina al no haber tenido en cuenta su solvencia
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto en marcha la semana pasada una investigación para saber si los cuantiosos préstamos dados a Argentina durante la gestión de Michel Camdessus, en la década de los noventa, colaboraron en llevar al país a la quiebra al no haber tenido en cuenta su solvencia. La investigación deberá establecer si hubo "riesgo moral" en el otorgamiento de esos créditos, es decir, si las anteriores autoridades del Fondo dieron dinero a Argentina a sabiendas de que el país se hallaría luego en serias dificultades para devolverlo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto en marcha una investigación para saber si los préstamos que concedió a Argentina durante la década pasada, cuando el francés Michel Camdessus era director gerente del organismo, fueron una de las causas que originaron la profunda crisis financiera que hoy padece ese país.
La investigación, que fue anunciada por el organismo la semana pasada bajo el título "El papel del FMI en Argentina", será llevada adelante por la Oficina de Evaluación Independiente y deberá explicar, entre otras cosas, "el riesgo moral que pudo suponer el involucramiento del FMI con las [anteriores] autoridades del país y con el mercado financiero" cuando otorgó los préstamos. Esto supone investigar si los abundantes créditos dados por el Fondo durante su administración anterior empujaron al país a la ruina del endeudamiento excesivo, al no haber tenido en cuenta su capacidad de pago.
Riesgo moral
El actual equipo directivo del Fondo, liderado por el alemán Horst Köhler y la estadounidense Anne Krueguer, modificó diametralmente la política a partir de mayo de 2000 sobre la concesión de créditos de la era Camdessus al introducir la doctrina del "riesgo moral" entre los preceptos del organismo. Según esta teoría, existe ese riesgo cuando los gobernantes de los países deudores piden dinero a los organismos multilaterales a sabiendas de que no hay bases económicas sólidas que lo justifiquen y, por lo tanto, no corresponde el otorgamiento del préstamo.
El Fondo recibió un rosario de críticas el año pasado por el marcado contraste que existió entre la postura rígida mantenida con Argentina una vez desatada la crisis, y la política de cuantiosos préstamos que practicó en ese país durante los años de bonanza económica de la década de los noventa.
Sin embargo, tanto Köhler como Krueguer aseguran que la rigidez del Fondo se debió a una estricta sujeción a la nueva política del "riesgo moral" y no a una hipotética aversión hacia el país suramericano, como en algún momento deslizaron los miembros del Gobierno argentino. Ambos entienden que han hecho lo correcto y que el problema se originó antes, cuando no se tenía en cuenta ese factor de riesgo.
Por ello es que la pregunta por el posible "riesgo moral" ocurrido en el pasado, tal como figura en el documento del organismo, significa que el FMI se plantea de manera implícita que durante la gestión de Camdessus, entre 1987 y 2000, las autoridades del organismo pudieron haber hecho la vista gorda frente a los débiles fundamentos económicos presentados por los representantes argentinos. Así, otorgaron los préstamos observando las motivaciones políticas antes que la capacidad de absorción de esa deuda: Köhler y Krueguer sostendrían esa explicación de puertas adentro del FMI.
Además de la investigación que se cierne sobre Michel Camdessus, la directiva del FMI ya tomó dos decisiones encaminadas a evitar posibles favoritismos con Argentina. En primer lugar, cesó en junio del pasado año al argentino Claudio Loser de la dirección del Departamento para el Hemisferio Occidental. Loser era uno de los negociadores habituales con Argentina desde 1994. Su sitio fue ocupado por el hindú Anoop Singh, el primer director del departamento que no habla español, quien negoció con mucha dureza con Argentina el último acuerdo.
Nueva estrategia
El otro cambio afecta a la estrategia del Fondo. En lugar de otorgar cuantiosos préstamos a cambio de reformas estructurales (apertura económica, control del déficit...), estrategia que fracasó en Asia y Argentina, la vicedirectora del Fondo, Anne Krueguer, pretende poner en marcha su proyecto de quiebra de países, llamado "Mecanismo de Reestructuración de Deudas Soberanas", algo que es, precisamente, una especie de remedio tardío para curar el mal del endeudamiento excesivo.
Con esta investigación comienza la discusión para saber si el error del FMI fue haber prestado a Argentina más dinero del aconsejable durante la década pasada o, por el contrario, haberle negado aplazamientos de pagos cuando el país más lo reclamó, es decir, a lo largo del año 2002.
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