El cargo de Defensor del Enfermo lleva dos años vacante en Majadahonda
El puesto de Defensor del Enfermo en Majadahonda se encuentra vacante desde hace dos años, cuando se produjo la dimisión del primer y único presidente hasta el momento, José Luis Aramburu Topete. Desde entonces, la institución -creada hace siete años- ha cerrado sus puertas sin más explicaciones. Según los grupos políticos de la oposición (PSOE, IU y CDS), las diferentes opiniones sobre la eficacia o no de la figura han impedido llegar a un consenso para nombrar al sucesor de Aramburu. El Consistorio, gobernado por el PP, opta por no realizar declaraciones al respecto.
El cargo de Defensor del Enfermo nació en Majadahonda el 30 de enero de 1996. Hasta se redactaron unos completos estatutos por los que se regía la institución, aprobados en pleno. La propuesta partió de IU y obtuvo el apoyo unánime de todos los grupos, aunque desde las filas del PSOE se indicó ya entonces que esta figura carecía de competencias para atajar los problemas sanitarios del municipio.
La misión del Defensor se centraba en recibir las demandas de los ciudadanos majariegos en cuestiones sanitarias y canalizarlas hacia las administraciones correspondientes. La función era de mediación, y en concreto debía enviar a los responsables sanitarios las quejas para que aplicaran las medidas correctoras.
Pero ¿fue eficaz o se quedó en una figura meramente simbólica? Para el PSOE, la institución nunca llegó a funcionar correctamente debido a que desde su creación careció de medios tanto humanos como materiales. "Se convirtió en un mero buzón de sugerencias", sostiene Ricardo Núñez, portavoz socialista.
Según el PSOE, "era un vecino más, que en principio sólo contaba con un apartado de correos para recibir las reclamaciones". Más tarde se le dotó de un teléfono y un despacho al que acudía una vez por semana. Anualmente redactaba una memoria con una relación de los casos habidos, el tratamiento aplicado y los resultados finales.
Intermediario
Sin embargo, para IU, grupo impulsor de la idea, mientras funcionó dio sus frutos. "Por supuesto que sirvió. Hizo de intermediario entre el centro de salud, los médicos y los pacientes", opina Didac Coca, edil de IU. "Quizá le faltó infraestructura", admite.
De la misma opinión es la edil del CDS, Mercedes Pedreira. "Sería suficiente con que la institución sirviera para canalizar las reclamaciones vecinales hacia la Concejalía de Sanidad", comenta. Porque Pedreira asegura que son muchas las deficiencias existentes. Entre otras, la falta de especialistas en traumatología y cardiología: "Los enfermos se tienen que desplazar a Quintana o al hospital Puerta de Hierro".
Didac Coca asegura que la última vez que se habló sobre ello en el Consistorio fue hace tres semanas. "Quedamos en que nos reuniríamos para consensuar un nombre. Pero no hay manera", se lamenta.
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