"Debemos garantizar el futuro de los iraquíes después de Sadam"

La integridad territorial de Irak será asegurada aunque cambien las condiciones políticas y económicas en la zona del golfo Pérsico tras el uso de la fuerza contra el régimen de Sadam Husein. Así lo aseguró, en declaraciones a este periódico, el secretario de Estado adjunto de EE UU para asuntos de Oriente Próximo, William Burns.

Burns explicó que, "si llegamos al punto de utilizar la fuerza como último recurso, entonces EE UU y otras naciones tenemos que comprometernos en hacer todo lo posible para asegurarnos de proveer un futuro para los iraquíes que reemplace la desesperación, el miedo y el terror en los que han vivido durante más de dos décadas de miseria bajo Sadam Husein, y eso representa una gran responsabilidad no sólo para EE UU, sino para la toda la comunidad internacional". El representante estadounidense señaló que existe "la obligación de cubrir las necesidades humanitarias, pero también de tratar de asegurar la seguridad y la estabilidad, la integridad territorial de Irak, la restauración de las perspectivas económicas para todos los iraquíes". "Éstos son unos objetivos difíciles y vamos a necesitar la cooperación de toda la comunidad internacional, porque interesa a los vecinos de Irak y de otros países fuera de Oriente Próximo, y, sobre todo, y lo más importante, a los mismos iraquíes, ver ese futuro. Estoy seguro de que lo veremos. Es lo que la región necesita y lo que el pueblo iraquí se merece", añadió.

Sobre la división existente entre los aliados en el seno de la OTAN, donde destaca la oposición de Alemania y Francia a una acción militar contra Irak, Burns opinó que "lo que vimos en la exposición del secretario de Estado Powell no fue únicamente la determinación de hablar sólo de los hechos y sobre la no cooperación de Irak, sino también la determinación de trabajar junto a la comunidad internacional, con el Consejo de Seguridad de la ONU y con nuestros aliados para asegurarnos de que Irak se desarma pacíficamente, que es la salida que todos preferimos. Y lo que Powell dejó claro es que esa salida no se puede prolongar más. Por lo tanto, continuaremos trabajando intensamente con nuestros aliados en Europa y en otras partes para construir la coalición más fuerte posible que apoye esa posición. Tengo confianza en que al final vamos a ver una fuerte cooperación internacional en este asunto".

Preguntado sobre la oposición de la mayoría de los europeos a la intervención armada, Burns opinó que "debería ser fácil para cualquier persona con sensibilidad llegar a la conclusión de que los miembros de Naciones Unidas van a tener que actuar con decisión si Irak no se desarma de forma pacífica. Naturalmente, esto es una causa de debate, porque a nadie le resulta fácil ni le gusta el tipo de acciones de las que estamos hablando, especialmente cuando se trata del uso de la fuerza y de todas las consecuencias que se derivan de ello".

Burns no descartó que, en caso de ser atacado, el régimen de Sadam Husein reaccionara intentando extender lo más posible el conflicto como ya hiciera en 1991 al atacar con misiles Scud ciudades israelíes. "Todo aquello que el régimen iraquí pretenda hacer para extender su amenaza debe ser tratado con una extrema seriedad" por parte de EE UU y la comunidad internacional".