El fiscal pide 10 meses de cárcel para el presidente del Banco de Francia
Jean-Claude aspira a presidir el Banco Central Europeo
La acusación pública pidió ayer una condena de 10 meses de cárcel, con suspensión de pena, para Jean-Claude Trichet, actual presidente del Banco de Francia y candidato a la sucesión de Wim Duisenberg a la cabeza del Banco Central Europeo. Es una muy mala noticia para Trichet, que ha visto como los quince días de llamado "proceso del Crédit Lyonnais" (CL) se desarrollaban de manera poco favorable para sus intereses.
El fiscal, Jean-Pierre Bernard, dijo que "no puede decirse que el Tesoro Público no tuviera conocimiento de lo que ocurría, que careciese de elementos para comprender de qué modo eran elaboradas las cuentas". Y de ahí que estime que "las persecuciones judiciales contra Trichet por causa de presentación de cuentas insinceras están perfectamente fundadas".
Trichet figura, junto con otras ocho personalidades financieras, entre los acusados de un proceso que intenta aclarar cómo fue posible que el CL se embarcase en una serie de inversiones y préstamos irresponsables que desembocaron, en 1994, en un agujero equivalente a 15.000 millones de euros. En esos años, el CL era un banco de carácter público.
Para Jean-Claude Trichet la demanda del fiscal es especialmente dolorosa puesto que, una vez instruido el sumario, la acusación pública consideraba que no había base para acusarle, que sólo debía asistir al proceso como testigo. Pero el juez instructor mantuvo sus argumentos y después de 15 días de debate han ido dibujando un entramado de responsabilidades político-económicas al que parece no pudo sustraerse Trichet. La pena de 10 meses solicitada no implicaría el encarcelamiento del banquero, pero arruinaría sus esperanzas de presidir la institución monetaria europea.
Para el defensor del presidente del Banco de Francia "la argumentación del fiscal no corresponde a nada, está fundada en el vacío" y ha insistido en que "no hay razones para que la acusación pública haya cambiado de actitud".
El presidente del Banco de Francia en 1992, antiguo presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Jacques Larosière ha visto cómo el fiscal solicitaba una pena idéntica para él mientras que para el hoy jubilado Jean-Yves Haberer, presidente y director general del CL entre 1988 y 1993, reclaman 18 meses de prisión, siempre con suspensión de pena.
Un acusador particular, el abogado y pequeño accionista del Crédit Lyonnais Alain Géniteau, parece haber jugado un papel importante en el cambio de criterio del fiscal al exigir que todos los acusados sean considerados como culpables de "maquillar las cuentas y difundir falsa información", pues él "en 1992, nunca habría comprado 25 acciones del Crédit Lyonnais de haber sabido que las pérdidas del banco eran muy superiores a las declaradas".mo los 15 días del caso Crédit Lyonnais se desarrollaban de manera poco favorable para sus intereses y le puede cortar su carrera hacia el BCE.
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