La precampaña más sucia
Populares y socialistas entran en una espiral de acusaciones de nepotismo y mala gestión para desgastar al adversario
Cruzado el ecuador de la semana, populares y socialistas, lejos de reducir la tensión política, optaron ayer por asumir el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y convertir la precampaña electoral en la más sucia de las que han tenido lugar en la Comunidad Valenciana. Tanto populares como socialistas decidieron relegar a un segundo plano la explicación de sus proyectos -igual que la gestión de gobierno y la crítica a la gestión, respectivamente- y decidieron enfrentarse a cara de perro.
Los socialistas, tras dos días de ver cómo su líder Joan Ignasi Pla era acusado de contratar en 1993 de manera supuestamente irregular al que después se convirtió en su cuñado, pidieron ayer al portavoz del PP en el Senado, Esteban González Pons, que explique cómo fue contratado su hermano en la empresa Tissat, participada por la Generalitat. El secretario de Organización del PSPV; Vicent Sarrià, también reclamó a González Pons que argumente "las relaciones familiares de los más de 300 interinos con puestos de dirección colocados ilegalmente [en la Generalitat] como en su día denunciaron los sindicatos". Una denuncia presentada por la federación de servicios públicos de UGT en la que aparecen familiares de varios consejeros y diputados.
En medio del clima de crispación, los dos candidatos intentan 'vender' sus propuestas
Las declaraciones de Sarrià fueron respondidas por el portavoz de Economía del PP en las Cortes Valencianas, Ricardo Costa, que criticó a los socialistas por intentar comparar el trabajo del hermano de González Pons con la gestión realizada por Joan Ignasi Pla como secretario técnico del Instituto Valenciano de la Juventud en el último Gobierno de Joan Lerma. Costa indicó que las acusaciones del Sarrià son "una cortina de humo de Pla para intentar ocultar una situación de irregularidad" y acusó al secretario de Organización del PSPV de actuar como "un mero bufón político" de su secretario general.
Vicent Sarrià apuntó más alto al acusar al candidato del PP, Francisco Camps, de ser un simple "títere con mando a distancia de un ministro de Gobierno que sigue dirigiendo con un estilo mafioso el PP de esta Comunidad".
Las declaraciones de Sarrià fueron respaldadas por el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, que aseguró que el estilo político de Eduardo Zaplana en los últimos días "está rayando el matonismo político". Pla también se acordó de su adversario Francisco Camps, del que dijo que el gran plató en el que quiere convertir la Comunidad Valenciana "se queda corto y sería pequeño para poder dar cabida a la actuación de mentira, descalificación, manipulación y difamación que el PP está desarrollando en estos momentos". Pla responsabilizó a Zaplana de la situación de tensión generada y confesó que el ambiente político "es malo en estos momentos".
Una tensión que no se rebajó cuando horas después el grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alaquàs, en la sede central del partido en Valencia, anunció que presentará una moción para crear una comisión de investigación por un posible delito de prevaricación en el asunto bautizado como caso Alaquàs. El portavoz municipal del PP, Miguel Tatay, negó que la iniciativa fuese por razones "oportunistas", implicó al actual alcalde socialista Jorge Alarte junto a Joan Ignasi Pla en un presunto tráfico de influencias para adjudicar una obra y sentenció: "No se puede permitir que den el salto al poder".
En medio de las acusaciones de nepotismo y corrupción, siempre supuestas, los socialistas replicaron al presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner, que responsabilizó el martes a la gestión del PSPV de la mala situación financiera de la Corporación provincial. El diputado provincial del PSPV Ramón Ortolà acusó a Giner de convertir la Diputación en su "cortijo particular, contratando a centenares de cargos públicos, familiares y militantes del PP". Ortolà tachó las críticas de Giner de "muestra de cinismo e hipocresía".
El PP no tardó en replicar por boca de su diputado provincial Eugenio Pérez e insistió en que "el único partido que ha practicado una política clientelar y carente de ética ha sido el PSPV".
En medio de este clima de crispación entre los dos principales partidos, los candidatos intentaron mantener sus propuestas programáticas. Francisco Camps prometió crear 100.000 viviendas protegidas en los próximos cuatro años si gana las elecciones el próximo 25 de mayo. Pla se comprometió a dar estabilidad a la política de fomento de las artes escénicas si es elegido presidente de la Generalitat en los próximos comicios.
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