_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Qué película, señor Aznar

El sábado último fue memorable: Goya grabó al Gobierno con sus vergüenzas al aire, y lo expuso a la audiencia de la primera de RTVE. Tuvo que ser la gente del cine la que volviera a su naturaleza pública la televisión pública, aunque secuestrada y manipulada por Aznar y su cuadrilla ministerial. Actores, directores, cámaras, guionistas, dignificaron la gala de los premios de la Academia, exhibiendo una frase: "No a la guerra". Y más concretamente, no a la guerra de Irak. Algunos de los premiados, en uso de sus derechos y libertades, insistieron en la oposición a la barbarie que se va a perpetrar servilmente, a las órdenes de un Bush iluminado. La gente del cine fue el portavoz de ese 80% de la opinión pública contraria al aventurerismo bélico de nuestro genuflexo Gobierno, que la ignora y desprecia, y que carece de un medio de comunicación, como RTVE, para expresar su negativa; de un medio que siendo de todos y cada uno de nosotros, permanece bajo la ocupación de las centurias del PP. A los cineastas, premiados o no, les somos deudores de un espléndido espectáculo de libertad de expresión, de defensa de los derechos de todos y de las reivindicaciones de los más.

Por supuesto, el gobierno y algunos que no lo son, pero sí andan en los menesteres del peloteo, se han puesto a repartir deslealtades, insultos e improperios, que es de lo poco que saben hacer medianamente. Que si en la ceremonia no estaban previstas tales protestas; que si las manifestaciones no fueron espontáneas, sino orquestadas; que si Marisa Paredes debe dimitir. La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, está con el soponcio calado hasta los huesos. No entiende que el votante se pronuncie, con corrección, dónde y cuando quiera, premeditada o espontáneamente. A la ministra le falta práctica democrática, como al Ejecutivo. Que aprendan en esa hermosa película, que nos ha ofrecido la gente del cine, ¿no le parece bien, señor Aznar? Por esa lección, todos los Goyas para cuantos han hablado, alto y claro, en nombre de millones de ciudadanos. Y ahora, a por otros ejemplos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_