El juez avala el cierre de Bailén 22 por ejercer la prostitución sin licencia
El club sólo podía funcionar como bar, gimnasio y sauna de masajes
La justicia ha resuelto el contencioso que enfrentaba al Ayuntamiento de Barcelona con los propietarios del club de alterne Bailén 22. El juez validó ayer la clausura de los sótanos del local por entender que en ellos se practica la prostitución clandestina, actividad no incluida en la licencia de apertura, que se concedió en 1999 y autorizaba la explotación de un negocio de bar, gimnasio, sauna y masajes.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 13 de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por los abogados del local, que cerró sus puertas voluntariamente en octubre de 2001 ante las presiones del Ayuntamiento barcelonés.
La dirección de Bailén 22 acusó al Ayuntamiento de abuso, de desviación de poder y de discriminación por no actuar contra otros locales de la ciudad donde también se ejerce la prostitución. Los abogados del local alegaron que la licencia municipal legitimaba para desarrollar la prostitución en sus instalaciones. Sin embargo, el juez afirma que la prostitución "tiene una esencia propia y diferenciada" a la de las actividades de un bar, gimnasio o sauna de masajes.
En este sentido, el juez añade que si no se actúa con prudencia se podría perjudicar la imagen de los numerosos negocios que funcionan bajo los rótulos de bares, saunas o gimnasios.
La sentencia no aprecia que el consistorio actuase contra la actividad de la prostitución en sí misma, sino que destaca que el Ayuntamiento "ha empleado sus facultades en materia de clausura de actividades clandestinas" velando por "la seguridad y la tranquilidad pública y vecinal". Por ello, considera que la orden de cierre fue dictada conforme a "la normativa legal y reglamentaria vigente".
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