"Está justificada la presión sobre Sadam, no la guerra preventiva"
1. El Gobierno de George W. Bush está mezclando interesadamente dos amenazas. Una es la existencia de regímenes políticos maniacos con capacidad de usar o de disponer de armas de destrucción masiva. Otra es el nuevo terrorismo nihilista internacional, dispuesto a inmolarse con sus víctimas. En todo caso, no creo que el peligro que representa Sadam Husein sea hoy mayor que hace una década, cuando las tropas norteamericanas estaban a un día de Badgad y Bush padre decidió no invadir Irak. ¿Por qué ahora sí?
2. Creo que está justificada la presión de los países democráticos sobre Sadam, como sobre cualquier otra dictadura. Pero, con la información de que disponemos hoy, una guerra preventiva al margen de la ONU dejará la duda de cuáles fueron sus motivaciones reales, si proteger la paz mundial o los intereses estratégicos y energéticos de EE UU.
3. No creo que responda a un simple seguidismo de Bush por parte de Aznar. Ambos comparten dos percepciones. Primera, identifican el peligro de los regímenes maniacos con armas de destrucción masiva con el del terrorismo, al que España es muy sensible. Segundo, ven esas dos conductas desviadas como el resultado de una moral perversa de los que la practican y no como un efecto derivado de las condiciones de pobreza y desigualdad entre Norte y Sur como otros piensan. De ahí la guerra preventiva. Por otro lado, posiblemente Aznar, que es un reformador moralista, quiere llevar a los españoles a abandonar su antiamericanismo y a que España asuma una mayor implicación en la política mundial, de la misma forma que Felipe González forzó a abandonar el antiatlantismo en el referéndum sobre la OTAN.
4. Lo veo como un obstáculo más, y hay muchos, en el largo camino para construir una política exterior europea común, que, en cualquier caso, de momento no existe. No creo que tenga otros efectos sobre otras políticas económicas comunes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.