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El PSOE busca el apoyo de los grupos a su moción contra la guerra

"El Parlamento votará una resolución sobre Irak, claro que se votará". Esta frase la han repetido tanto el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, como el portavoz parlamentario, Jesús Caldera. Y así será simplemente con los instrumentos ordinarios de los que puede hacer uso la oposición. Primero una interpelación, mañana, miércoles. Pasada una semana, el martes 11 de febrero, y como consecuencia de esa interpelación, los grupos tendrán que votar una moción. Hoy mismo, según los interlocutores consultados de distintos grupos, comenzarán las conversaciones. Los socialistas consideran verosímil que pueda haber un texto refrendando por toda la oposición si las posiciones no varían con respecto a las posiciones que se expusieron el pasado viernes en el Congreso ante la ministra de Exteriores, Ana Palacio. El rechazo a un ataque unilateral de Estados Unidos a Irak y, desde luego, el apoyo de España a Estados Unidos en esa acción, formará el núcleo de la moción. También la confianza en Naciones Unidas y en la necesidad de que haya una segunda resolución. La petición al Gobierno de España para que trabaje por posiciones de consenso en la Unión Europea es otro de los elementos de la moción, junto a la petición al Gobierno de que informe a su Parlamento.

Las reacciones de ayer a la reunión de Zapatero y Aznar en las que el primero dijo no al presidente en su petición de apoyo, indican que de momento el Gobierno sigue bastante solo y que esa unidad de la oposición en torno a una moción es posible. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, reprochó al presidente su gusto "por el secretismo" y pidió al PSOE que "no caiga en las trampas del Gobierno". El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, recordó al presidente que "ha tenido mes y medio para informar y no lo ha hecho", pero ya que acude mañana confía en que "no se dedique a repetir los argumentos de los periódicos norteamericanos".

En CiU se criticó "la postura belicista" del Gobierno y se pidió tiempo para los inspectores de Naciones Unidas, según su portavoz adjunto, Pere Macias.

Ibarra no hubiera ido

Desde las filas del PSOE, el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, discrepó incluso de la visita de su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, a Moncloa. "Yo no hubiera ido porque Aznar es un político del que uno no se puede fiar y ha dado muestras de que utiliza a todo el mundo en su beneficio y luego lo tira". Ibarra hizo estas apreciaciones en un coloquio en la Asociación de Periodistas Europeos.

El presidente extremeño rechazó una guerra contra Irak por razones éticas y económicas y acusó a Aznar de actuar "por interés personal ajeno al de su partido y al de los españoles". El alejamiento de España de países europeos como Francia y Alemania le parece al presidente extremeño un grave error

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