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Volví a mi casa y encontré remedio

Los dos grandes bancos, SCH y BBVA, congelan su expansión latinoamericana

Los dos grandes bancos, BBVA y SCH, vuelven a lo básico. A la banca comercial, al crecimiento orgánico más genuino y recurrente. Aparcadas quedan las estrategias de expansión, de levantar franquicias regionales en Latinoamérica, cuyo negocio potencial se prometía espectacular, y también las grandes operaciones financieras, con cuantiosas plusvalías gracias a las revalorizaciones de unos mercados ahora deprimidos.

Los dos bancos tienen ahora puesto su foco en el mercado español, donde la competencia para ganar mayor cuota será muy dura

"Ha sido el ejercicio más complicado de las últimas décadas. Puede compararse a la crisis de 1929 o a la crisis petrolera de los ochenta", decía Emilio Botín a los periodistas en la presentación de las cuentas del año pasado, que registraron caídas de un dígito tanto en márgenes como en beneficios. Estos últimos se contrajeron un 9,6%, hasta los 2.247 millones de euros.

Para el BBVA, 2002 ha sido un ejercicio fatídico: ha reducido el dividendo un 9,1% y ha destinado 455 millones de euros a saneamientos extraordinarios que han minorado el beneficio atribuible un 27,3%, frente al 9% previsto por la entidad el verano pasado. El grupo ha preferido curarse en salud ante un eventual empeoramiento del negocio si persiste la incertidumbre mundial y la tendencia bajista de los tipos de interés.

Según el presidente del BBVA, Francisco González, sendas medidas constituyen un "ejercicio de responsabilidad", y aunque afirma que la reducción del dividendo ha sido negativa a corto plazo, "a medio y largo es positiva". "El banco refuerza su competitividad y gana músculo para aprovechar oportunidades. No sabemos cuándo van a aparecer, pero queremos estar preparados para cuando surjan... No queremos comprar por comprar, no tenemos prisa, pero estamos atentos a lo que pueda ocurrir. Estamos trabajando en el sur de Estados Unidos y en un país europeo", añade.

Básicamente, ambos bancos han sufrido un doble impacto negativo en sus respectivas cuentas de resultados: la depreciación de sus activos en Latinoamérica por la debilidad de las monedas locales, incrementada por la escalada del euro, y un deterioro del riesgo-país que ha exigido una política más activa en saneamientos. Todo ello ha obligado a redimensionar su presencia en la región reduciendo o retirando su exposición.

Además, el SCH ha visto mermados en más de la mitad sus ingresos por operaciones financieras por la volatilidad de los mercados. Sin embargo, en el BBVA aumentaron un 56%, si bien los generados por su cartera de participadas se desplomaron un 164%. En el SCH, tras desinvertir por unos 5.000 millones de euros durante 2002, según sus estimaciones, ha ingresado por operaciones con sus participadas un 14% menos.

La entidad cántabra ha cifrado en 892 millones de euros (alrededor del 9%) el impacto por diferencia de tipos de cambio en su margen de intermediación, y ha destinado a saneamientos netos 2.356 millones, un 23,4% más. Sin embargo, el negocio latinoamericano representó el 50% del beneficio atribuible del grupo (sólo México y Brasil suman 1.481 millones de euros, el 53% del beneficio consolidado).

"El grupo no necesita adquisiciones en otros mercados para garantizar su crecimiento; basta con hacerlo mejor, y lo haremos mejor. Estamos en suficientes sitios para crecer orgánicamente. El banco no está de compras, no está haciendo ninguna transacción en Europa. Nuestro objetivo es crecer, cada vez ser más rentables y generar negocio recurrente en cada país donde estamos", declaraba Emilio Botín.

El esfuerzo en saneamientos netos del BBVA ha sido de 2.485 millones, un 8% más, con un impacto de los tipos de cambio en su margen de explotación de 311 millones de euros, equivalente al 5,6%. La contribución del negocio en América Latina al beneficio atribuible del BBVA totalizó casi 600 millones de euros (429 millones de la filial de México), es decir, el 35% del total.

En opinión de los analistas, ambos bancos han procedido a un repliegue estratégico forzado por el deterioro de la situación económica en Latinoamérica. Las percepciones de ambos bancos ante la crisis explican por sí solas las respectivas posiciones. Mientras en el BBVA se enfatiza en que 2003 será "todavía un año difícil", en el SCH se transmite la idea de un optimismo moderado.

"En mi opinión hay dos visiones: una, según la cual el SCH está en un momento de menores ingresos, pero tiene mayor potencial de ahorro de costes, aunque también mayor exposición a los tipos de cambio de las monedas de Latinoamérica; y la del BBVA, que ha acabado la reestructuración y está esperando a que cambie el ciclo para crecer. Lo más importante es el porcentaje de recursos propios con exposición en Latinoamérica. El SCH está más expuesto por Brasil, el principal foco de incertidumbre del área", afirma Leopoldo Torralba, analista de Ahorro Corporación Financiera.

Los dos grandes bancos tienen ahora su foco puesto en el mercado doméstico, donde los analistas coinciden en que la competencia para ganar cuota será muy dura. Con una economía creciendo a niveles del 2%, aunque enfriándose, las perspectivas que ofrece son sensiblemente mejores que cualquier otro mercado europeo. Durante 2002 la inversión crediticia del grupo SCH decreció un 6,4%, pero aumentó un 4,9% en el mercado doméstico. En el BBVA, la evolución crediticia bajó un 5,9%, pero en España subió un 8,9%.

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