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Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL
Tribuna
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Deudas y beneficios

Desde el inicio del último trimestre de 2002 los bonos corporativos se están comportando relativamente mejor frente a la deuda soberana o activos sin riesgo, lo que cuantitativamente resulta un exceso de rentabilidad de los primeros frente a la deuda soberana. Pero, además, la rentabilidad de los segmentos del mercado de bonos corporativos con peor calidad crediticia (aquellos situados en el límite inferior del denominado grado de inversión, junto con las referencias especulativas) está superando también el comportamiento de los mercados bursátiles.

Este fenómeno se está produciendo de forma paralela a una nueva caída a mínimos del valor bursátil de la mayoría de prestatarios. Se rompe de esta manera la elevada y positiva correlación exhibida entre la prima de riesgo de los bonos corporativos (o su diferencial de rentabilidad frente al activo sin riesgo) y el valor de mercado de las acciones durante los últimos años, en un escenario en el que la solvencia y el saneamiento del balance pasó a ser la variable más relevante para determinar el precio de los activos, tanto en los mercados de acciones como en los de bonos.

Los inversores muestran nuevas dudas sobre el potencial alcista de los mercados bursátiles

Las razones que explican el reciente cambio en el comportamiento del precio de los activos proceden del proceso de desapalancamiento (reducción del endeudamiento) iniciado por gran parte del sector empresarial durante los últimos meses. La decisión, a pesar de que en algunos casos no ha sido voluntaria, sino más bien impuesta por los acontecimientos, limita las expectativas de crecimiento inmediato de los beneficios. La generalización de esta decisión supone, por tanto, un reequilibrio de poder a favor del bonista y en perjuicio del accionista.

Y así lo están interpretando los inversores, que muestran nuevas dudas del potencial alcista de los mercados bursátiles en un entorno marcado por la incertidumbre y las bajas tasas de crecimiento. A pesar de que en el corto plazo la asignación de recursos a la reducción de la deuda limita el potencial del crecimiento de beneficios, es un paso necesario para recuperar estructuras de balance saneadas que, a medio plazo, darán holgura para financiar nuevos proyectos. Mientras tanto, los bonos corporativos recogerán los efectos favorables procedentes del ajuste empresarial, que todavía no podemos dar por finalizado.

José Manuel Amor y Alfonso García Mora son de Analistas Financieros Internacionales.

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