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Reportaje:

Un secuestro por una moto

Un policía local de Bilbao ingresa en prisión en Guadalajara acusado de presunta detención ilegal

Funcionarios de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Guadalajara, en colaboración con la Policía Local de la capital castellana, detuvieron el pasado 14 de enero a Joaquín T.U., de 37 años y agente municipal de Bilbao, y a José I.L., de 38, como presuntos autores de la detención ilegal de Rubén I.M., de 31 años y vecino de la ciudad alcarreña.

El presunto intento de secuestro se produjo en la mañana del pasado 14 de enero. Sólo una hora después, la pericia del propio Rubén le permitía liberarse de sus captores y llevar a la detención a sus presuntos secuestradores. Los detenidos, tras pasar a disposición judicial, han ingresado en la prisión madrileña de Alcalá-Meco, acusados de un presunto delito de detención ilegal.

Los acusados llevaban en su coche una pistola, esposas y un rollo de cinta adhesiva

La historia arranca varios días antes de la citada mañana de enero. Rubén I.M. anunció la venta de su motocicleta a través de Internet. Joaquín T.U., el policía municipal bilbaíno, se puso en contacto con él con intención de comprársela. Comprador y vendedor se pusieron de acuerdo para reunirse y el 11 de enero probaron la moto, que finalmente Joaquín compró por 5.710 euros.

Sin embargo, y cuando ya estaba en Bilbao, el agente bilbaíno cambió de opinión y pretendió que Ruben le devolviese parte del dinero aduciendo que las piezas de la motocicleta se encontraban deterioradas. Después de intercambiarse varias llamadas telefónicas ni Rubén ni Joaquín llegaron a ningún acuerdo y el segundo decidió acercarse hasta Guadalajara para presionar al vendedor.

El 14 de enero, el policía municipal bilbaíno, acompañado por un amigo, José I.L., llegó a Guadalajara en torno a las nueve de la mañana. Localizaron el domicilio de Rubén I.M. y su coche, que se encontraba estacionado en un aparcamiento próximo. Sin darse a conocer, y con la excusa de que habían sufrido un accidente entre los vehículos aparcados, consiguieron que el vendedor bajase hasta el garaje. En la declaración que posteriormente prestó ante los agentes de la Comisaría Provincial de Guadalajara, Rubén relató que dos hombres, a los que reconoció "nada más verles", le propinaron una brutal paliza "entre puñetazos y con una porra fina y extensible". Su declaración sigue así: "Después, me quitaron las llaves del coche, me empujaron y a rastras me metieron en el coche [de los dos detenidos]. El que se sentó detrás, conmigo, sacó una pistola, me la puso en la cabeza y el que conducía me dijo que tenía tres opciones: que le devolviera todo el dinero; que le devolviera la mitad del dinero y se quedaba con la moto, o me mataba".

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Sus dos presuntos secuestradores le amenazaron igualmente con "ir a por sus hijos" si no resolvían el asunto. Cuando apenas habían recorrido unos metros y se hallaban en el paseo Fernández Iparraguirre de la ciudad alcarreña, Rubén consiguió bajar la ventanilla del turismo y pidió a gritos a los viandantes que avisasen a la policía. En ese momento, los dos supuestos secuestradores bajaron del vehículo y huyeron a la carrera, pero tras una persecución fueron detenidos por la policía.

Los acusados llegaron a Guadalajara en un Nissan Almera gris. Cuando lo registraron, los agentes hallaron en su interior una pistola Sig-Sauer con un cargador vacío, 13 cartuchos (siete de fogueo y seis de cabeza blindada), dos aerosoles de defensa, una navaja multiusos, unas esposas, un rollo de cinta adhesiva, unos guantes de piel y otros de látex, una linterna, un forro polar y dos teléfonos móviles.

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