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El presunto asesino del Putxet alquiló un piso en la zona durante cuatro meses

Los investigadores afirman que las pruebas contra el arrestado son "contundentes"

Juan José Pérez Rangel, el presunto asesino de las dos mujeres del barrio del Putxet de Barcelona, tuvo un piso alquilado en la zona durante cuatro meses en la primera mitad del año pasado. En ese periodo, el detenido alquiló también una plaza para su motocicleta, en los meses de abril y mayo, en el aparcamiento situado en el número 28 de la calle de Bertran, el lugar donde cometió los dos crímenes el 11 y el 22 de enero.

Fuentes de la investigación revelaron ayer este detalle, que refuerza la relación del detenido con el barrio del Putxet, una vez descartado que hubiera trabajado en la zona. El alquiler del piso coincidió con la época en la que el detenido tenía una novia prostituta. Cuando acabó la relación sentimental, finalizó también el alquiler del piso y de la plaza de aparcamiento, aunque la policía sospecha que Pérez Rangel siguió acudiendo al barrio para frecuentar algún bar de alterne.

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Mientras tanto, fuentes policiales explicaron ayer que existen más pruebas incriminatorias contra el detenido, como una huella de la palma de la mano y otra del calzado que llevaba el día del segundo crimen.

Fuentes de la investigación aseguran que las nuevas pruebas reunidas contra Juan José Pérez Rangel, de 24 años, son "contundentes" y ratifican su incriminación en los asesinatos. Hasta ahora las acusaciones policiales se basaban en la presencia del presunto asesino en las grabaciones de varias cámaras de vigilancia el día y a la hora en que utilizó las tarjetas de crédito robadas a las víctimas, en la identificación de su persona realizada en un bar que frecuentaba y en los restos de piel y sangre del agresor encontrados en el cadáver de Maria Ángels Ribot, de 49 años, asesinada el 11 de enero.

Cuando se cometieron los dos crímenes los investigadores explicaron que el asesino había tomado precauciones para no dejar huellas, pero no lo logró del todo. El 22 de enero, el día en que supuestamente mató a María Teresa de Diego, de 46 años, dejó grabada la suela de unas zapatillas deportivas en la sangre encontrada junto al cadáver. Esa huella coincide con la del calzado que se encontró en su domicilio familiar de Sant Adrià de Besòs el pasado jueves por la tarde, horas después de la detención.

La cabeza de la segunda víctima también fue cubierta con una bolsa de plástico. La huella de la palma de la mano recogida en esa bolsa coincide también con la del acusado, que esta mañana declarará en la Jefatura Superior de Policía de Cataluña y el domingo pasará a disposición del juzgado de guardia de Badalona, el partido judicial al que pertenece Sant Adrià, porque fue éste el término municipal en el que le detuvo la policía. La detención se produjo en la Ronda Litoral cuando viajaba en un vehículo en compañía de su madre.

Por otra parte, agentes de paisano del Cuerpo Nacional de Policía y de los Mossos d'Esquadra tuvieron los días previos a la detención del detenido dos enfrentamientos verbales en el barrio de La Mina, donde los Mossos son la policía ordinaria desde principios de año.

El martes dos agentes de paisano de los Mossos acudieron a identificar a dos sospechosos que se encontraban en un vehículo en el paseo de Camarón, junto a la casa de Pérez Rangel, y éstos resultaron ser agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Se produjo un rifirrafe, pero la cosa no pasó a mayores. Poco antes, agentes uniformados de la policía local también habían acudido a identificar a esos mismos sospechosos.

Agentes sospechosos

Al día siguiente, el pasado miércoles, otros dos mossos de paisano pidieron nuevamente a otros dos supuestos sospechosos que se identificasen y también resultaron ser policías de paisano. En esta ocasión la discusión subió de tono e incluso se escapó algún insulto. Además acudieron al lugar otros cuatro agentes de paisano del Cuerpo Nacional de Policía que estaban por los alrededores y los incidentes acabaron definitivamente cuando, ante el tono que estaba alcanzando la discusión, llegó al lugar una furgoneta antidisturbios de los Mossos. Fuentes de ambos cuerpos reconocieron ayer que se habían producido esos incidentes, aunque les restaron importancia.

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