Cícero Dias, pintor brasileño
Aunque murió en París, Brasil ha dado gran relieve a la desaparición, a los 95 años, de Cícero Dias, considerado el mayor pintor de ese país y que fue siempre considerado como el pintor de la modernidad. De origen pernambucano, se dio a conocer sobre todo en Río de Janeiro y más tarde en Portugal y París. De ideas izquierdistas, fue perseguido por la dictadura militar, que destruyó varias de sus obras. En París, ciudad que siempre amó, también tuvo problemas. Durante la II Guerra Mundial, después de que Brasil rompiera relaciones diplomáticas con Alemania e Italia, fue detenido en un hotel confundido con un espía.
"Yo nací pintor", solía decir. Y lo cierto es que dedicó toda su vida al arte con una pasión extraordinaria. Se dio a conocer a los 24 años, cuando se presentó en el ambiente artístico nacional con el famoso panel de 12 por 2 metros titulado Eu vi o mundo... ele començava no Recife, que fue considerado como el Guernica brasileño. Amigo de Picasso, logró algo que parecía imposible: llevar el Guernica a Brasil para exponerlo en la Bienal de Arte de São Paulo en 1954.
Las fases artísticas del pintor de Recife fueron muchas en su larga vida. Comenzó por las formas del primitivismo. En los años cuarenta introdujo la abstracción geométrica en Brasil; más tarde se entregó en sus telas a una orgía de colores y formas creando imágenes de puro lirismo. Enseguida se enamoró de la geometría, una referencia que lo acompañaría hasta el final.
Todos hoy se disputan el personaje y el arte de Cícero. Río recuerda que fue allí donde el pintor se dio a conocer profesionalmente, donde en 1928 realizó su primera exposición con cuadros que hablaban del inconsciente, de los sueños y delirios. La exposición fue polémica. Un espectador intentó destruir una de las telas con una navaja. La obra fue visitada, sin embargo, por muchos modernistas, entre ellos Villalobos, el poeta Murilo Mendes, el artista plástico Ismael Nery y el escritor Graça Aranha. Cícero tenía 19 años.
Tenía una disciplina de hierro en su trabajo. Ya con 90 años solía trabajar hasta las tres de la madrugada, siempre pintando o leyendo. Picasso lo consideraba como "un poeta que era también pintor".-
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