Blair se enfrenta a su partido al rechazar que los lores sean elegidos
Tony Blair abrió ayer un nuevo frente político al descartar que la reforma de la Cámara de los Lores introduzca la elección directa de sus miembros y decantarse por una institución totalmente designada. Blair comunicó su decisión el lunes a un desolado grupo de diputados laboristas y ayer la confirmó en el habitual tiempo de interpelaciones parlamentarias en los Comunes.
Su decisión supone un enfrentamiento directo con la mayoría de los diputados laboristas y un reto a toda la Cámara de los Comunes, donde los partidarios de introducir la elección popular en por lo menos el 60% de los lores es, en teoría, ampliamente mayoritaria. Blair, que se opuso a apoyar un sistema híbrido y se decantó por designar toda la Cámara frente a la opción de elegirla, se verá así sometido la semana próxima a una auténtica moción de confianza de los Comunes en un asunto en el que todos los diputados tienen libertad de voto.
Tras llegar al poder en 1997, los laboristas impulsaron una primera reforma de la Cámara de los Lores por la que se suprimió el derecho a formar parte de ella heredando el título de par. Sólo 92 de los 669 lores lo son aún por derecho hereditario en un periodo transitorio que acabará con la segunda reforma. El resto de lores actuales ha obtenido la distinción por designación vitalicia, salvo dos arzobispos y 24 obispos de la Iglesia de Inglaterra, que lo son en razón de su cargo.
Reforma democrática
En su manifiesto de las elecciones legislativas de junio de 2001, el Partido Laborista se comprometió a impulsar la segunda parte de la reforma con el doble compromiso de que la Cámara de los Lores fuera más democrática, aunque manteniendo la tradicional primacía de la Cámara de los Comunes. El invierno pasado, el lord chancelor Irving presentó una propuesta de reforma que incluía la posibilidad de que el 20% de los miembros de los lores fuera elegido y el 80% designado. La propuesta fue retirada tras las críticas que provocó la pobreza de la representación electa.
Sin embargo, el debate se fue encauzando a partir de entonces en torno a la conveniencia de impulsar una Cámara mixta formada por designados y elegidos o la preferencia por una Cámara totalmente elegida o totalmente designada. Blair se pronunció ayer en contra de una Cámara híbrida en la que los lores elegidos parecerían más legitimados que los lores electos. Y se decantó por una institución designada para evitar que rivalice con los Comunes. Aunque se comprometió a limitar los poderes del primer ministro en la designación de los lores, la oposición y buena parte del laborismo temen que la de los Lores acabe siendo una Cámara de "compinches de Tony".
Muchos laboristas creen que la propuesta de Blair es un incumplimiento del programa electoral del partido, y no falta quien, como el ex ministro George Foulkes, defiende la "revolucionaria opción" de suprimir la Cámara entera.
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