Clinton asegura que el presidente Bush no sabe lo que quiere
El ex mandatario de Estados Unidos considera a su sucesor una figura errática
El ex presidente de EE UU Bill Clinton explicó al filo de la medianoche del pasado domingo, ante una audiencia formada en su mayoría por público norteamericano, que su sucesor, George W. Bush, ha cambiado en el último momento su versión de las obligaciones de Sadam Husein para cumplir con la resolución 1.441 de la ONU. Clinton advirtió de que para resolver la guerra "hay que demostrar hechos", en referencia a las armas de destrucción masiva, y acusó a Bush de no tener una visión global ni una alternativa al conflicto.
Clinton participó la noche del domingo, después de cenar, en un coloquio con José María Figueres, ex presidente de Costa Rica y en la actualidad director del Foro Económico Mundial, y el ex presidente de México Ernesto Zedillo sobre sus respectivas experiencias y las lecciones para el futuro. Zedillo fue el más reticente a la hora de aceptar la invitación. "No quería ponerme nostálgico", dijo al público, unas doscientas personas reunidas en el hotel Schweizerhof.
Nostalgia no faltó. Pero fue activa. Fue Figueres quien, tras reconocer lo que sufrió Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, abrió fuego contra la Administración de Bush. "Se necesitan pruebas, esto es algo muy serio. No estamos en el momento para decidir esta guerra", dijo. Zedillo, por su parte, condenó la orientación de Bush. Su única esperanza, según dijo "es la oposición de Alemania y Francia", e insistió en las presiones. "Hay algo que se llama diplomacia", recordó.
La otra celebridad entró en acción. Si el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el plato fuerte de Davos, y si el secretario de Estado Colin Powell atrajo el interés de la cumbre por la guerra contra Irak, Bill Clinton despierta pasiones por todo, desde el sistema de salud, pasando por la ayuda a África hasta llegar a sus opiniones sobre su sucesor, George W. Bush.
En estado atlético, Clinton, ataviado con ropa sport, desarmó a un público ya entregado.
"Lo más importante cuando gobiernas es tener una visión, y la gente a la que quieres liderar debe saber que la tienes, que vas en la dirección correcta", dijo mientras cogió una botella de agua mineral de la mesa y echó un trago sin remilgos.
Y retomó el hilo.
-Hay que ser humilde. Cuando Estados Unidos acudió finalmente a Naciones Unidas, yo apoyé a Bush. Y respaldé la resolución 1.441 que prevé el uso de la fuerza. Pero, ¿cuál es la causa para ello? Hay una sensación hoy día de que no tenemos respeto por el otro.
Clinton estima que los prejuicios de los países europeos frente a Bush están bastante justificados.
-En esta Administración no hay alternativa a un conflicto. Pero para una resolución de guerra se necesitan hechos. Sadam Husein es un asesino. Puede haber una causa contra él. Este hombre es terrible para su propia gente. Hay una causa contra la guerra, que no supone defender a Sadam. Hay tipos como Paul Wolfowitz que creen que después de esta guerra todo se resolverá en Oriente Próximo. Es un planteamiento naïf.
El ex presidente estima que la Administración de Bush ha cambiado la semana pasada su posición anterior en relación con las obligaciones que exigió la ONU a Irak. Clinton reflexiona:
-El Gobierno norteamericano defendió agresivamente el envío de inspectores y estableció las condiciones. Éstas fueron aceptadas. Más de un centenar de ellos, con Blix a la cabeza, se mueven allí libremente. Ahora, Bush ha cambiado su posición.
Según Clinton, los movimientos de Bush son erráticos.
-Bush tiene un instinto para garantizar su propia supervivencia que yo no he conocido nunca. En toda mi experencia política no he visto a nadie igual. El único problema es que no sabe lo que quiere. No crean que está todo hecho. Él no sabe si va a la guerra. El problema es que su secretismo y su actitud errática afecta a la gente que teme nuestra fuerza.
En la sala, en el turno de preguntas, una planteó si no estaba casi todo decidido.
-Powell hizo todos los esfuerzos para convencer a Bush para que fuera a Naciones Unidas. Aparentemente, de su discurso de hoy se desprende que ha hecho su trabajo. No iba a venir a Davos a exponer las divergencias. No se puede sacar la conclusión de que Powell ha cambiado. Es un hombre leal.
¿Será una guerra corta?
-No sé de qué hablan. Si yo fuera Sadam no me voy a encerrar en un búnker a esperar. ¿Lo harían ustedes? Es absurdo. Siempre se ha dicho lo mismo. En los últimos cincuenta años, todas nuestras guerras fueron fracasos a corto, medio y largo plazo. Me preocupa también el día después, el precedente para otros países. Y ya no hablamos ni de la economía, ni de la salud, ni de nada. Es un error.
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