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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Empresa colaboradora

Hasta ahora, tenía la suerte de trabajar en una empresa que tenía el convenio de Empresa Colaboradora de la Seguridad Social. Con dicho convenio de colaboración, todos los trabajadores de mi empresa disfrutábamos de unas ventajas más que notables, ya que prácticamente se tenían todas las ventajas de la sanidad privada y de la sanidad pública (veánse costes, demoras, etcétera) y de las que hemos disfrutado en mi comunidad hasta el 1 de enero.

Y digo disfrutado por que en esa fecha en mi comunidad y en 14 más ha desaparecido el Convenio de Colaboración debido a la ¿incompetencia, dejadez, interés o ahorro? de la Administración, y digo esto porque remontándonos al año 1999 y en las leyes que se publicaron para terminar de transferir la sanidad pública a las autonomías, intencionadamente o no, la figura de la empresa colaboradora no aparece para nada. Desde entonces, la Administración arrastra una deuda que, según he podido comprobar en diversas informaciones, asciende a la nada desdeñable cantidad de 300 millones de euros con la totalidad de las empresas colaboradoras de la Seguridad Social en este país.

A finales del año pasado, ante las dudas que se plantearon en algunas autonomías y empresas, se consultó al Ministerio de Sanidad, que en una resolución publicada recientemente da por finalizados los convenios de colaboración.

Visto todo esto, la Administración haciéndose el sueco para pagar lo que debe, las autonomías diciendo esta deuda a mí no me corresponde, da por resultado que a mí y a muchos miles de trabajadores de este país nos han privado de unos derechos consolidados durante muchos años, dejándonos a merced de una sanidad pública lenta y saturada o bien de una sanidad privada a la que se está beneficiando a costa de lo público. Por último, también añadir que con esta actitud de la Administración central, quitando derechos y no pagando lo que debe, es como se consiguen superávits que sólo Dios sabe a qué bolsillo van a parar.

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