"Nos unen principios y valores"

"Lula es un líder simbólico de ese otro mundo posible del que hablamos y es inevitable que su victoria electoral sea vista en Porto Alegre como algo propio". Cándido Grzybowski, director del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (Ibase) es uno de los organizadores del encuentro y un defensor de la manera en la que funciona este Foro Social Mundial (FSM).

Para él, el FSM es un hecho político en sí mismo: nació como un lugar en el que sería posible repensar la política y las instituciones democráticas justo en un momento en el que las críticas crecían en las calles como contestación a la globalización neoliberal sin que encontraran impacto en los parlamentos. En un reciente artículo, Grzybowski explicaba que el foro es una iniciativa de la sociedad civil, tomando "sociedad civil" en el sentido que le daba el filósofo italiano Antonio Gramsci: el conjunto de relaciones y procesos a través de los que los grupos humanos crean su propia identidad social, su ciudadanía y su cultura política.

Y defiende la extrema pluralidad en que se mueve el Foro: "Aquí no nos unen ideologías, sino los principios y valores de nuestra Carta". Niega que exista riesgo de que el FSM se convierta en un grupo homogéneo ideológicamente o con una expresión política concreta. Y no duda de que explotaría sin ese respeto a la diversidad que lo anima.

Apoyar esa iniciativa social no supone, según él, negar la legitimidad de la acción política a través de partidos, Gobiernos o instituciones multilaterales, pero ellos tienen sus propios medios para hacerse oír. El Foro se traicionaría si reprodujera jerarquías de temas más que un deseo de repensar todo. Defendemos la política sobre la economía, asegura Grzybowski.