CDC acusa a Maragall de "antipatriota" y "subversivo"

Acosados por las encuestas, que coinciden en señalar que el nacionalista Artur Mas está ocho puntos por debajo del socialista Pasqual Maragall en la carrera por la presidencia de la Generalitat, los máximos dirigentes de Convergència Democràtica (CDC) recurrieron ayer a los viejos argumentos que tantos réditos les dieron en el pasado: acusaron a Maragall de "antipatriota" y advirtieron de que su eventual victoria en las autonómicas sería un "peligro" para Cataluña. Mas pidió a su partido un esfuerzo de movilización para cerrar el paso a Maragall, al que tildó de "subversivo" por poner en cuestión las "reglas del juego" con su demanda de elaborar una ley electoral catalana.

La cúpula de CDC mostró ayer su perfil más nacionalista para tratar de insuflar ánimos a los miembros del consejo nacional, que se reunió en Cerdanyola del Vallès (Vallès Occidental): agrias críticas al presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga -se aprobó una resolución de condena y se anunció una iniciativa parlamentaria análoga-, e insinuaciones de que la actual dinámica política va alejando a Convergència de la Constitución: "Cada vez nos encontramos menos a gusto", explicó Mas, antes de afirmar que en el futuro propondrán su reforma si así lo exige el proyecto de Estatut que están preparando sus colaboradores.

Pero el eje argumental elegido por la cúpula nacionalista para espolear a los suyos fue cargar contra el líder socialista Pasqual Maragall con los argumentos que Convergència explotó con éxito contra el PSC especialmente en la década de 1980: Maragall es, en opinión del presidente del partido, Jordi Pujol, "antipatriota" porque las críticas que formula contra su Gobierno no guardan el respeto institucional debido. Y su eventual victoria, a decir de Mas, supone un "peligro" para Cataluña, al menos para la idea de Cataluña que tienen los nacionalistas.

Mas definió el marco de este "peligro": "Si el PSC llega a gobernar, habrá cambios muy negativos respecto a lo que entendemos que es Cataluña", afirmó el conseller en cap en conferencia de prensa. Y añadió: "La defensa de la identidad catalana, de lo que es y significa Cataluña, en manos de Pasqual Maragall quedaría debilitada". Esto es así porque, según Mas, "el concepto de Cataluña de Maragall es la suma desordenada de unas pocas ciudades".

El dirigente nacionalista puso dos ejemplos para reforzar su argumentación: la actitud ante las declaraciones de Jiménez de Parga, a su juicio demasiado tibia, y la propuesta de ley electoral. "Esta propuesta implicaría que el conjunto de las comarcas de Girona, Lleida y Tarragona pasarían de 50 a 30 diputados en el Parlament", dijo Mas, quien acusó a Maragall de "subversivo" por poner en duda las "reglas del juego". El líder de CiU hizo este cálculo sólo en función de la propuesta de Maragall de otorgar un diputado a cada comarca. Obvió decir que, aplicando este mismo cálculo, Barcelona pasaría de 85 diputados a 11 con el nuevo sistema.

También Pujol basó su discurso en criticar las "chorradas" de Maragall y subrayar sus actitudes "antipatrióticas". El máximo líder de CiU incluso evocó el vía crucis que pasó por los problemas judiciales de Banca Catalana, en la década de 1980, precisamente el momento en que con más frecuencia los nacionalistas acusaban a los socialistas catalanes de falta de patriotismo. Fuentes del consejo nacional explican que Pujol advirtió de que hay una "campaña" para infravalorar a Mas que consiste en elogiarlo a él. "Los mismos que me elogian ahora son los que me hubieran querido ver en la cárcel", vino a decir Pujol, según las mismas fuentes.

Corrupción

Mas también advirtió a los suyos de que en los próximos meses volverán a difundirse encuestas que les son desfavorables, pero se mostró convencido de sus posibilidades de victoria si logra movilizar al mundo catalanista alrededor de su candidatura. El conseller en cap se declaró "indignado" con Maragall por las acusaciones genéricas de corrupción que éste lanzó la víspera sobre el Gobierno de CiU. Mas dijo que Maragall pertenece "a una generación de socialistas que tuvo que salir del Gobierno con el rabo entre las piernas" por culpa de la corrupción. "Si es necesario, le recordaremos temas pendientes que afectan al Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y otro ayuntamiento del área metropolitana", afirmó.