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Entrevista:AL JAMANI | Ex ministro de Arabia Saudí | EL CONFLICTO DE IRAK

"El precio del petróleo podría dispararse"

Ahmed Saki Al Jamani, de 72 años, fue ministro del Petróleo de Arabia Saudí desde 1962 hasta 1986, y por ello la figura dominante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Actualmente, el "Kissinger árabe" (como le llamó el Times) dirige el Centre for Global Energy Studies de Londres.

Pregunta. ¿Qué va a pasar si Estados Unidos, junto con Gran Bretaña, ataca Irak?

Respuesta. Pongámonos en la peor de las perspectivas: Sadam Husein incendia sus pozos de petróleo y destruye con misiles las refinerías de Kuwait y el noreste de Arabia Saudí. Mueren varias decenas de miles de personas. Eso da lugar a graves y duraderas pérdidas de producción. El precio del petróleo sube en poco tiempo a más de 100 dólares. Un aumento así no lo puede soportar ninguna industria, lleva a una crisis mundial de la economía.

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P. Una perspectiva tan espantosa como ésa, ¿no son sólo ganas de sembrar el pánico?

R. Yo no digo que eso vaya a ocurrir. Pero esta suposición tampoco está totalmentte desprovista de realismo. Si se dispara el primer tiro, nadie sabe qué va a pasar después. Sadam dijo una vez que quien le derrocara a él y conquistara Irak ya no encontraría un país con gente, sino sólo con piedras. Sadam es una especie de asesino. Si no ve salida, es capaz de llevarse a todos por delante. Incluso con armas químicas y biológicas.

P. Eso será si las tiene.

R. Yo no lo sé. Según la información que recibo de Oriente Próximo, es más bien probable que todavía disponga de restos de su arsenal. En cualquier caso, yo nunca conocí a un político con menos escrúpulos. Tuve que negociar con él muchas veces. Siempre se comportó de una manera desagradable, arrogante y provocadora. El rechazo seguramente era recíproco. El terrorista Carlos acaba de contar en la cárcel que Sadam estaba furioso porque los atacantes a la reunión de la OPEP de 1975 en Viena, en lugar de dejarme ir, como a los demás rehenes, no me hubieran matado.

P. Los americanos van a poner todo su empeño en que la guerra acabe cuanto antes.

R. Tomemos la hipótesis intermedia: Sadam es derrocado antes de un mes, se producen combates sangrientos, pero no la destrucción de los pozos de petróleo. Ésta es la variante que a mí me parece más probable. También en un caso así podría dispararse el precio del petróleo, de los 30 dólares por barril que cuesta ahora a quizás 60. Pero después no tardará en normalizarse.

P. Y si el régimen de Sadam se derrumba en pocos días...

R. Entonces los precios del petróleo serían de hecho mucho más bajos. Así pues, imaginemos el resultado que prefiere Washington: en Bagdad manda un Gobierno títere de EE UU. Según nuestros estudios, Irak podría doblar su producción de crudo en muy poco tiempo; en una década podría incluso cuadruplicarla. Con el petróleo bombeado sin trabas en otras regiones de gran producción, el resultado sería una auténtica riada de crudo que forzaría los precios por debajo de los 15 dólares. Para los consumidores occidentales esto sería magnífico; en cambio, para los países productores sería una catástrofe.

P. ¿Un resultado así sería el fin de la OPEP?

R. Sin duda. Ya hoy día la OPEP tiene grandes dificultades porque algunos Estados miembros no respetan las cuotas de extracción establecidas por la Organización.

P. ¿Es falsa la impresión de que el presidente Bush ha dejado de lado a Arabia Saudí como socio político y como principal proveedor de petróleo de Washington?

R. Al principio de su mandato, George W. Bush formó un comité que, dirigido por el vicepresidente Cheney, tenía el encargo de establecer una nueva política para la energía. El comité decidió reducir las importaciones de petróleo de la disputada y poco apreciada región de Oriente Próximo, sobre todo de Arabia Saudí; en el año 2007 tenían que llegar casi a cero. Después del atentado del 11 de septiembre de 2001...

P. ...en el que 15 de los 19 terroristas eran saudíes...

R. ...los círculos gubernamentales de EE UU creyeron que había una complicidad del Gobierno saudí con el terror y ahora quieren poner fin a la dependencia con la mayor celeridad posible. Apuestan por el petróleo del mar Caspio, de Rusia, de África. Pero la única fuente de energía segura de la magnitud de Arabia Saudí es Irak, el país que ocupa el segundo lugar del mundo en reservas de crudo. Según nuestros estudios, los cálculos son aún demasiado prudentes para Bagdad; las reservas podrían alcanzar a las de Arabia Saudí. El petróleo es de buena calidad, muy fácil de extraer y de transportar por rutas nuevas y políticamente no peligrosas para EE UU.

P. ¿Qué rutas?

R. Fuera del Golfo, por el Mediterráneo. Por una parte, por Turquía, por el puerto de Ceyhan, quizás también a través de un Estado que se va acercando a Occidente, Siria. Los oleoductos ya existen. Estoy seguro de que los americanos aún albergan un sueño más: un día el petróleo iraquí debe transportarse a Occidente por Haifa (Israel).

P. ¿Un oleoducto hasta Israel? Pero si eso no existe.

R. Pero existió hasta 1948. Y gracias a los conocimientos topográficos precisos que tienen los americanos de la región, sería fácil restablecerlo. Transportar seis millones de barriles al día, desde Irak, a través del Mediterráneo protegido por los barcos de guerra estadounidenses, es perfectamente posible. Y esto para EE UU supone la independencia de la política energética de una Arabia Saudí sacudida por las crisis y algún día tal vez islamista.

P. ¿Esta reflexión es para usted el verdadero motivo de Bush para la guerra?

R. Sí. El petróleo es una cosa muy, muy importante. Los playboys dicen cherchez la femme; los políticos piensan: cherchez le pétrole.

P. ¿Se podría evitar aún el recurso a las armas?

R. Creo que sólo con una condición: si Bush estuviera convencido de que la guerra le costaría la reelección. Pero las encuestas de opinión no avalan esto y la ONU a Bush le importa poco.

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