El Gobierno encargará a partir de febrero el inicio de la 'Y vasca' si Fomento no lo hace

El desafío del Gobierno vasco al Ministerio de Fomento sigue en pie. A partir de febrero adjudicará los proyectos constructivos del tramo guipuzcoano de la Y ferroviaria, pese a que es una competencia que no le pertenece. Si para entonces el Gobierno central no ha agilizado los trámites para comenzar las obras de la velocidad alta, el consejero de Transportes, Álvaro Amann, anunció ayer que su departamento seguirá adelante y encargará los trabajos por su cuenta. Amann asegura que el Ejecutivo autónomo tiene "presupuesto suficiente" para costear la inversión.

A cuatro meses de las elecciones locales y forales, el Gobierno autónomo se ha enzarzado en una lucha con el Ministerio de Fomento por acelerar el inicio de la Y vasca. En diciembre convocó un concurso para las ingenierías que quieran realizar el proyecto constructivo del primer tramo, es decir, el último paso previo a las obras. El plazo termina en febrero, cuando adjudicará ese trabajo a una empresa concreta, a pesar de que carece de competencias para ello. El consejero de Transportes y Obras Públicas asegura que no busca "la confrontación, sino la colaboración, pero sin engañar a la ciudadanía".

El Gobierno vasco justifica su actuación por el retraso que a su entender acumula Fomento. La última decisión al respecto, tomada por el Consejo de Ministros el 20 de diciembre, consistió en encargar al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), dependiente del ministerio, la construcción y administración de 690 nuevos kilómetros de alta velocidad, incluidos los 180 del tramo vasco. Sin embargo, el Ejecutivo de Ibarretxe mantiene que es insuficiente. Por eso ha puesto en marcha los proyectos de una tercera parte del trazado total, un tramo de 48,7 kilómetros que va desde Irún hasta Zumarraga. Y Amann advierte: "En cuanto esté el primer proyecto aprobado, presentaremos el concurso de licitación de las obras".

Aunque el Gobierno vasco culpa al central del retraso acumulado por la Y ferroviaria, el parlamentario Antton Morcillo ha asegurado recientemente que la aprobación del trazado definitivo quedó en suspenso a raíz del acuerdo alcanzado entre la antigua EH con el PNV y EA para garantizar la gobernabilidad hace casi cuatro años. El Gobierno no ha desmentido esas declaraciones.

Además, el trazado aprobado cuenta con el rechazo abierto de uno de los socios del Gobierno, Izquierda Unida. Sus objeciones al proyecto -el consejero Javier Madrazo llegó a proponer en noviembre otro trazado en forma de U- también han entorpecido los trámites.

"Presupuesto suficiente"

En caso de continuar la descoordinación entre las administraciones vasca y central, el Gobierno autónomo asegura que continuaría adelante y que se haría cargo del coste de la inversión, "y al final haremos cuentas", matiza Amann. La Y vasca está cuantificada en 3.600 millones de euros, una cantidad que supone más de la mitad del presupuesto total del Gobierno vasco para este año (más de 6.000 millones).

El consejero asegura que el Ejecutivo vasco tiene "presupuesto suficiente" para acometer las obras de estos primeros meses, aunque introduce otro debate. Reivindica que, así como los proyectos de alta velocidad de la vertiente mediterránea obtienen "un 80% de fondos de cohesión de la Unión Europea", el País Vasco y el eje atlántico en general tengan "el mismo tratamiento". "Demandamos lo mismo, el 80% de la financiación, ya que forman parte del mismo proyecto. Si no, sería una discriminación y un agravio comparativo".

La competencia del Gobierno vasco terminó cuando presentó el trazado. A partir de entonces, todas las actuaciones son responsabilidad del Ministerio de Fomento, al tratarse de una infraestructura "de interés general". El ministro Francisco Álvarez-Cascos se ha limitado a pedir al Gobierno vasco que supere su contradicción de "colaboración o confrontación" y que "sea coherente".