_
_
_
_
Reportaje:

Schröder, contra la prensa amarilla

El canciller alemán se defiende ante la justicia frente al 'Mail on Sunday'

Mal enemigo se ha echado encima el canciller federal alemán, el socialdemócrata de 58 años Gerhard Schröder. Nada menos que uno de los periódicos dominicales del Reino Unido, el tabloide Mail on Sunday, al que un periodista alemán comparaba ayer con los perros foxterrier que cuando agarran una pantorrilla la muerden con tanta más fuerza cuanta mayor es la resistencia de la víctima.

Todo se remonta a finales de noviembre y principios de diciembre del año pasado. Dos periódicos regionales alemanes publicaron una crónica de su corresponsal en Berlín en la que se informaba de una presunta crisis en el matrimonio del jefe de Gobierno alemán con la periodista Doris Köpf, 19 años más joven y cuarta esposa de Schröder.

Un tribunal alemán amenaza con multa a un diario británico por mentir sobre el matrimonio Schröder

La respuesta del canciller fue automática: encomendar el caso a su abogado Michael Nesselhauf. El letrado consiguió de un tribunal una resolución de urgencia, según la cual se prohibía, bajo amenaza de una multa de 250.000 euros, a los diarios repetir la información sobre la crisis en el matrimonio Schröder-Köpf. El avezado abogado Nesselhauf ya se apuntó un tanto en su día al defender ante la justicia que Schröder no usa tinte y el color de su pelo es natural.

La prensa amarilla alemana ya tuvo un tema para salvar la penuria informativa de los días navideños. El sensacionalista Bild se rasgaba un día sí y otro también las vestiduras en enormes titulares sobre los sufrimientos de su antigua colega Doris, la esposa de Schöder, pobre víctima de la maledicencia y los rumores. El canciller no reaccionó con la práctica, muy habitual en estos casos, de no remover la porquería para evitar que huela más, y se lanzó al ataque contra "las mentiras" de la prensa y defendió el derecho de los políticos a que respeten su intimidad.

En la cultura periodística alemana existe una tradición de no ocuparse de lo que los políticos hacen de la cintura para abajo. Esta ley no escrita parece ahora en peligro con la iniciativa de Schröder de enfrentarse a la prensa que osó recoger los rumores sobre su crisis matrimonial. Los periódicos alemanes se sintieron ofendidos ante el ataque del canciller al acusarlos de mentirosos. Hoy mismo está fijado ante un tribunal de Berlín el primer asalto sobre las informaciones incriminadas en lo que podría convertirse en un auténtico maratón judicial.

El abogado de uno de los periódicos ha anunciado que solicitará la declaración de la esposa de Schröder y los guardaespaldas del canciller para tratar de aclarar con quién duerme el político o si duerme con Doris.

Todo esto no es más que un pequeño entremés de lo que se avecina. El conflicto de Schröder con la prensa ha saltado las frías y procelosas aguas del canal de la Mancha. El tabloide dominical británico Mail on Sunday encontró interesante la historia y publicó hace dos semanas un extenso reportaje sobre el matrimonio de Schröder, sin las consideraciones usuales de la prensa alemana, y difundió el nombre de la dama que presuntamente goza de los favores del canciller: la famosa periodista Sandra Maischberger, una atractiva morena de 36 años que realiza cinco días a la semana incisivas entrevistas políticas en el canal de noticias N-TV.

El abogado de Schröder consiguió una resolución de urgencia de un tribunal alemán que amenaza también a Mail on Sunday con 250.000 euros de multa si insiste en sus afirmaciones sobre el matrimonio del canciller.

La respuesta del tabloide británico fue la guerra total. Ante todo se niega el periódico a reconocer la jurisdicción de un tribunal alemán sobre la prensa del Reino Unido: "Lo sentimos, señor Schröder, pero usted todavía no gobierna en Gran Bretaña... Al menos, todavía no". Aprovecha la ocasión el dominical para arremeter contra lo que puede ser un "espacio judicial europeo", donde jueces de Letonia o Eslovaquia se pronuncien sobre derechos y libertades inglesas. Para que no falte nada, el Mail on Sunday apela, en un texto escrito en alemán, a que ciudadanos de esta nacionalidad envíen textos sobre informaciones que puedan comprometer a Schröder. Para completar la faena, el diario imprime un formulario de protesta destinado al embajador de Alemania en el Reino Unido.

El canciller alemán besa a su esposa Doris durante una fiesta celebrada en Berlín.
El canciller alemán besa a su esposa Doris durante una fiesta celebrada en Berlín.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_