Los dos conciertos de Van Morrison elevan el listón de la semana

Precedido de su eterna fama de gruñón, el irlandés Van Morrison acapara la atención de la semana con sus dos recitales. Su inmensa figura no debe eclipsar, sin embargo, el valor de propuestas más recientes como la de Adrián Sepiurca, Aroah, Pedro Guerra, El Bicho, Andy Chango, Alcohol Jazz o Carlos Jean, o las de consagrados como Jerry González, Jorge Pardo y hasta la del mexicano Armando Manzanero, el rey del bolero amable.

- El León de Belfast. El León de Belfast siempre garantiza buenos espectáculos, así que no importa mucho que Van Morrison tenga fama de cascarrabias. La única pega a ponerle es que los enfados con el público charlatán que le han hecho abandonar alguna vez sus conciertos, sea una postura injusta para los que sí le atienden de veras. Pero ya se sabe que una reputación admitida por la mayoría, se convierte en verdad absoluta: Van Morrison no ha abandonado tantos conciertos como se le adjudican. Más bien al contrario, suele vaciarse en escena a pesar de la enorme sabiduría que posee de su oficio adquirida con los años.

Se ríe poco, es cierto, pero a cambio lleva un plantel de músicos excepcionales y él canta con fiereza y pasión su repertorio. Para esta ocasión, en un buen marco para apreciar en serio su música, Morrison llega con Down of the road bajo el brazo, un álbum donde el listón está en lo más alto, aunque ya no tenga la capacidad de sorpresa de sus inicios. Eso también es lógico. A su edad, sólo ha de exigírsele en todo caso que siga haciendo buenas canciones, o excelentes versiones. En ambas cosas sigue siendo un fiera.

- La veteranía es un grado. Y es que la veteranía es más que un grado, y así esta semana también acceden a los escenarios madrileños figuras inmensas como Jorge Pardo, Carlos Montero, Nono García, Labordeta, Chocolate, Jerry González o Armando Manzanero. Pardo, acompañado de la cantante Martha Patricia, se entrega al jazz con un elenco de músicos carnosos. Montero, todo sabiduría, recuerda a Gardel y su manera de abordar el tango, no en vano posee una de las bibliotecas y documentos más importantes del mundo sobre el mítico cantante argentino.

Nono García hace valer su guitarra flamenca que no duda en poner al servicio del jazz y otras fusiones. Presenta Atún y chocolate, un disco donde el flamenco se une con la bossa, el pop, el rock o el blues de una manera tan natural que estremece. Diputado y comprometido, el aragonés Labordeta vuelve a los bares musicales para alzar su voz por las causas que considera justas y ya casi perdidas. Al cantaor Chocolate le rinden un homenaje por sus 70 años de carrera, y cruzándose también con el flamenco se halla la trompeta y las percusiones del neoyorquino Jerry González. Manzanero pone fin al Festival del Milenio con su retahíla de boleros y edulcoradas canciones de amor. Es posible que sus planteamientos carezcan del lado canalla que se le supone al bolero, pero encandilan por la manera de sublimar el amor y la ausencia.

- Lo que emerge. Al lado de tanta veteranía conviene hacer valer el mérito de un Pedro Guerra que actúa ante una cooperativa de viviendas de la periferia; de un Andy Chango que grita salam alecum! -como titula su reciente disco- contra la intolerancia; de un Adrián Sepiurca cada vez más suelto y a punto de editar su primer disco en España; de un El Bicho que funde el flamenco de una manera muy original cuando todo ya parecía estar hecho, o de una Aroah que devuelve al pop la intensidad y pasión perdidas, territorios por los que también transita Pauline en La Playa.

Además, desde el lado más bailable, esta semana Carlos Jean pone en directo las canciones de Back to the Earth, donde estaba el glorioso Mr. Dabada; y Alcohol Jazz sirven los instrumentales de Suerte y padrinos. Por otro lado, la psicodelia de los británicos Simian acude a la cita del Flavour of The Moon de este mes.