_
_
_
_

Un menor denuncia que fue apaleado por dos policías de Villaviciosa

Los agentes encañonaron con sus pistolas al joven, de 17 años

F. Javier Barroso

Un menor, A. M. C., de 17 años, fue brutalmente apaleado por dos policías locales de Villaviciosa de Odón la madrugada del domingo 12 de enero. Eso es lo que denunciarán mañana su padre y su abogado en los juzgados de la localidad. El joven, que caminaba por la calle con una amiga, fue encañonado por los agentes y golpeado reiteradamente contra el suelo, supuestamente al confundirlo con un joven que había protagonizado un altercado en un pub. El Ayuntamiento ha abierto una investigación interna para aclarar el caso.

Los hechos se produjeron a la 1.15 del domingo 12. A. M. C. se marchó de un pub de la avenida del Príncipe de Asturias y acompañó a su novia hasta su casa. De regreso a la zona de copas, estuvo hablando con la novia de un amigo y se dirigieron hacia el instituto Calatalifa, cerca de donde vive la muchacha. Cuando iban caminando, vieron cómo subía un Renault Megane de la Policía Local, pero no le dieron mayor importancia. De repente el vehículo dio la vuelta en la avenida y el conductor frenó en seco delante de los dos jóvenes, según la víctima.

Se bajaron corriendo dos policías, que desenfundaron sus pistolas y se acercaron a ellos. "Nos dijeron que nos echáramos al suelo. Cuando estaba poniéndome de rodillas, el agente rubio me encañonó la sien, barriéndome la pierna izquierda y sujetándome el brazo para que me golpease con el suelo", explica el joven. "El otro comenzó a gritarme: '¿Dónde está el bate, hijo de puta? Di dónde está tu amigo, que así te vas a quitar muchos problemas. Cabrón, ¿dónde tienes las navajas?", añade la víctima. Los agentes se referían a que un joven con características similares a las del denunciante había irrumpido minutos antes en el bar con un bate de béisbol y navajas y armó una discusión con los dueños del bar, que denunciaron lo sucedido a la policía.

Patadas en la nuca

El agente rubio (del que desconoce su número de placa) no paraba de darle patadas en la nuca para que se golpease contra el suelo. Llegó incluso, según el relato del joven, a pisarle la cabeza, mientras su compañero sacaba la cartera del bolsillo del pantalón del menor y comprobaba su DNI. Después le esposaron. "Me golpearon de forma tan brutal, que mi amiga, que estaba a un metro, tenía los pantalones salpicados de sangre", añade. Acto seguido, le montaron en el coche patrulla. El conductor, "el agente rubio", no paró de acelerar y frenar para que el joven se golpeara contra la mampara de separación del vehículo.

Lo llevaron en el coche al pub donde se había producido la trifulca y los dueños le identificaron como supuesto autor de los hechos: "Los cristales estaban empañados y sólo pudieron ver a mi amiga, que sí estaba cuando ocurrió todo. Entonces dieron por sentado que yo era quien estaba con ella en el momento de la pelea".

Tras esa rueda de reconocimiento, la siguiente parada fue el centro de salud, donde un facultativo le hizo "un insuficiente reconocimiento". "Como estaba amenazado por el policía que no me dejó a solas con el médico y me encontraba muy aturdido por los golpes, tuve que decir que me había caído", añade. "Por la forma en que actuaron y cómo se ensañaron, seguro que se habían tomado algo", apostilla el joven. El agente que le custodiaba le introdujo de nuevo en el coche y volvió al ambulatorio, donde ambos policías estuvieron durante más de 20 minutos hablando con el médico hasta que salieron con el parte facultativo de lesiones.

Los agentes lo trasladaron a la sede de la Policía Local y le interrogaron, sin que estuvieran presentes ni su padre ni su abogado. Minutos más tarde, llegó su progenitor, que pidió explicaciones a los agentes y al cabo que ejercía de jefe. "Estaba tan asustado que le dije que me había caído, pero como es algo que, viéndome como estaba, no le entraba a nadie en la cabeza, pidió explicaciones. Entonces le dije todo lo que me habían hecho los policías", señala la víctima. "Esperé hasta que llegasen los dueños del bar... y éstos dijeron que yo no había sido el que había montado la bronca en el pub", añade.

El cabo les pidió perdón por el error, según el joven, y les dijo que lamentaba lo ocurrido. "El cabo nos dijo que eran buenos policías con familia y que, si se les denunciaba, les suspendería de empleo y sueldo", explica el menor. Padre e hijo le respondieron que, si los dos policías les pedían también perdón, se olvidarían de todo lo ocurrido. Sin embargo, los agentes le dijeron a su mando que no tenían que excursarse, porque, en su opinión, habían obrado correctamente en todo momento.

Un médico de guardia de la Fundación Hospital Alcorcón apreció varias contusiones faciales, fisura en el hueso nasal y hematomas en el muslo izquierdo, entre otras lesiones. Una semana después del incidente, la víctima tiene dificultades para respirar y señales en la cara de las heridas.

Según un portavoz municipal, el Ayuntamiento de Villaviciosa, a cuyo frente se encuentra la alcaldesa Nieves García Nieto (PP), ha abierto una investigación interna para esclarecer lo ocurrido. EL PAÍS solicitó hablar, sin éxito, con los policías implicados en los hechos para conocer su versión.

Un caso que se repite

Las denuncias por malos tratos no son nuevas para la policía local de Villaviciosa de Odón. Miembros de este cuerpo ya han sido anteriormente demandados por golpear a algún joven. Ése fue el caso de Pedro García-Muñoz, de 20 años, que denunció en febrero de 2001 a tres policías municipales y les acusó de haberle agredido antes de conducirlo al cuartel de la Guardia Civil. Los agentes "le propinaron varios puñetazos y porrazos en la cabeza, la cadera y la pierna, tras esposarlo". Un amigo suyo ratificó esta declaración.Los hechos se produjeron cuando García-Muñoz conducía su coche. Aparcó en el vado de una tienda para comprar chicles en un quiosco. El dueño del comercio le dijo que quitara el coche y se inició una discusión entre ambos. Un agente que pasaba por el lugar se bajó del vehículo policial y comenzó a denunciarle por estacionar en lugar prohibido, lo que enfureció al joven. El policía solicitó refuerzos y, al momento, se presentaron otros dos agentes.García-Muñoz pidió a los funcionarios que anotaran en la denuncia el tiempo que él había taponado la salida del comercio. Para ello asió del brazo a un agente. Éste le advirtió de que le soltara o le iba a "dar un puñetazo en la cara". Pero el joven le espetó: "Pégame si tienes huevos. Eres un hijo de puta y un maricón". El agente le tiró contra el coche e intentó esposarle. García-Muñoz se revolvió. Uno de los policías lo tiró al suelo y los otros dos se echaron encima de él. A partir de entonces, le llovieron los golpes y las patadas, según relató. Un parte de lesiones redactado en el centro de salud recogía que la víctima sufría cortes en el cuello, en una mano y en una pierna; erosiones en la cabeza, en un dedo de la mano derecha y en una cadera. El concejal de Seguridad de Villaviciosa, Juan Pedro Izquierdo (PP), señaló que fue el joven quien inició la agresión a los policías. Dos agentes estuvieron de baja por las lesiones que sufrían. El cabo que intervino relató que García-Muñoz golpeó a un compañero suyo en la espalda mientras le decía que era "un hijo de puta". "Me aseguró que conocía a su mujer y a sus hijos y que iba a matarlos", sostuvo el agente. "Entonces me dio un fuerte golpe en el cuello y caí al suelo aturdido. No paró de darme patadas. Jamás le llegamos a golpear", dijo. El caso, que ha sido investigado por un juzgado, está todavía pendiente de juicio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_