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Chávez coloca a dos militares del sector duro en cargos clave de la seguridad nacional

El presidente venezolano nombra al general Lucas Rincón ministro de Interior y Justicia

El presidente venezolano designó ayer para el estratégico Ministerio del Interior y Justicia al general en jefe Lucas Rincón Romero, y como comandante del Ejército, al general Jorge García Carneiro, ambos pertenecientes al grupo de aliados suyos en el seno de las Fuerzas Armadas. Rincón Romero es el oficial que anunció la renuncia de Chávez la madrugada del 12 de abril de 2002. Luego explicaría que los altos mandos alzados, entre quienes nunca se contó, habían incumplido las condiciones que el presidente había puesto para dimitir.

Uno de los oficiales rebeldes, Manuel Rosendo, ironizó sobre la designación, preguntándose quién creerá en los anuncios que haga el nuevo ministro, tomando en cuenta ese antecedente. Ya retirado, Rincón Romero fue el primero en alcanzar el rango de general en jefe en más de 50 años y ostentar tres soles en sus charreteras.

Pero aún más polémico es el nombramiento de García Carneiro como jefe del Ejército, pues se trata de un auténtico halcón que no tiene empacho en declarar su adhesión a la revolución bolivariana y es blanco de punzantes críticas de la oposición.

Estos dos nombramientos complementan al del teniente retirado Diosdado Cabello, quien pasó de ser ministro de Interior para asumir el despacho de Infraestructuras, que tiene entre sus múltiples funciones el otorgamiento y revocatoria de concesiones a los canales de televisión y emisoras de radio. A los nombramientos, que constituyen un endurecimiento de la línea oficial, se suman las órdenes impartidas por Chávez para que los militares continúen efectuando allanamientos en grandes empresas, para detectar acaparamientos de alimentos y bebidas, situación que ya le ha enfrentado con los grandes capitalistas nacionales y con la estadounidense Panamco, de la embotelladora Coca-Cola.

Mientras tanto, la oposición venezolana, al filo de los 50 días de huelga, realiza titánicos esfuerzos por no demostrar públicamente sus fisuras y por resistir los intentos de Chávez por dividirla, aunque puertas adentro hierve la polémica. Eduardo Fernández, presidente del partido democristiano Copei, ha rechazado la posibilidad de emprender conversaciones por separado con el Gobierno. "No caeremos en la maniobra de Chávez para dividirnos", dijo el dirigente. Por su parte, el líder socialdemócrata Claudio Fermín le otorga el beneficio de la duda al presidente. Piensa que su disposición a conversar con un sector de la oposición puede entenderse como una apertura. Pero también puede ser que creyó encontrar una manera de abrirle un boquete a la unidad opositora, creando resentimientos entre sus ex aliados que ahora pertenecen a la Coordinadora Democrática, a quienes conoce cabalmente. "Me llama la atención, por una parte, el Chávez que intriga para dividir a la oposición y, por otra, la autosuficiencia y la mezquindad de algunos de la Coordinadora que gritan a voz en cuello 'sólo nosotros podemos negociar' y que parece que prefieren que el país se hunda si la negociación no es con ellos", dice Fermín.

Fisuras en la oposición

En el seno de la Coordinadora Democrática, que agrupa a los partidos y organizaciones opositoras, las discrepancias se refieren en primer lugar a la continuación de la huelga, que se mantiene entre las compañías industriales y centros comerciales de las grandes ciudades y en la industria petrolera, que continúa parcialmente parada a pesar de los esfuerzos del Gobierno por restablecerla.

También hay discrepancias en torno a cuál debe ser la salida para la crisis política. Un sector considera que la oposición debe mantenerse concentrada en el referéndum consultivo sobre la renuncia de Chávez. Otro bando estima que debe iniciarse de inmediato la lucha por una enmienda constitucional que acorte el periodo presidencial para facilitar un adelanto electoral. Y un tercer grupo ha lanzado la idea de convocar de nuevo, como en 1999, a una Asamblea Constituyente que reforme la Constitución y disuelva todos los poderes. En la agenda de manifestaciones opositoras, ayer se realizó en Caracas una en la que participaron extranjeros residentes en Venezuela y descendientes de éstos.

Chávez saluda antes de iniciar su programa televisivo <b></b><i>Aló Presidente</i>.
Chávez saluda antes de iniciar su programa televisivo Aló Presidente.AP

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