Aznar cerrará la lista del PP en Bilbao
El presidente argumenta que su padre era bilbaíno y que estará "más cerca" de los ediles vascos
"Yo quiero estar en esas elecciones. Quiero hacer todo lo que esté al alcance de mi mano y de mis posibilidades por estar más cerca que nunca, al lado de mis compañeros en el País Vasco". Con esta declaración, José María Aznar, líder del PP y presidente del Gobierno, anunció algo que casi nadie conocía, en el partido y en el Ejecutivo, antes de que comenzara la convención anual de los populares.
Aznar, como su esposa, quiere pasar de La Moncloa al municipio, aunque sea "testimonialmente", y en las elecciones del 25 de mayo se presentará en el puesto 29, el último de la candidatura al Ayuntamiento de Bilbao, que encabezará Antonio Basagoiti. La decisión se presenta como un gesto político de solidaridad con los compañeros en el País Vasco, de carácter simbólico porque Aznar es ineligible. El artículo 98.3 de la Constitución establece que los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario.
Sólo lo sabían seis personas, entre ellas Ana Botella, Arenas y García Escudero
Álvarez-Cascos y Mayor subrayan que la iniciativa no es para "ser imitada"
El presidente del Gobierno hizo el anuncio en una intervención no programada en la inauguración de la primera convención electoral de su partido e impidió, con ello, que el acto sirviera de termómetro, en contra de las expectativas creadas, para medir las posibilidades sucesorias de los tres candidatos mejor situados: Jaime Mayor, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato. Se colocó en el centro de las cámaras y situó el País Vasco y la cuestión autonómica en el centro del debate. Recibió de los suyos una cerrada ovación de dos minutos, en absoluto comparable con las que lograron sumar los hipotéticos sucesores.
El debate autonómico y la vertebración de España acapararon así de nuevo el foco, no sólo en el PP, sino también en el acto convocado por los socialistas. La diferencia es que los populares acudían a la cita con una candidatura sorpresa, con todo un golpe de efecto.
La candidatura de Aznar como último de la fila en Bilbao la conocían muy pocos. Media docena de personas, según el entorno del presidente, entre los que se incluían su esposa, Ana Botella; el secretario general del PP, Javier Arenas, y el secretario de organización, Pío García Escudero.
El jefe del Gobierno dijo que la iniciativa fue de Antonio Basagoiti, cabeza de lista en Bilbao: "Me lo dijo hace unos días en un desayuno en La Moncloa". Fue a mediados de noviembre en una reunión con candidatos a alcalde. Entonces, según uno de los asistentes a la reunión, "Aznar contestó una aznarada que podía significar una cosa o su contraria. Pero, por su gesto, no le pareció mal".
El líder popular puso en suerte su apuesta municipalista con un canto a la libertad y una afirmación de su ausencia en el País Vasco. "Para los que no somos nacionalistas no hay libertad", sentenció. Además, para él, el PP es la "garantía de estabilidad para España".
Ya era media mañana. Le había precedido en el uso de la palabra Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, quien tenía previsto intervenir por la tarde. Pero la noche del pasado viernes recibió una llamada telefónica de Javier Arenas, que ayer hizo de presentador y animador de una convención que concluyó al filo de las ocho de la tarde.
Arenas le dijo al jefe de los populares vascos que tomara un avión temprano. Iturgaiz obedeció y, al concluir su intervención, el secretario general le preguntó si sabía dónde estaban Basagoiti y la concejal y candidata en San Sebastián, María San Gil. "Por ahí andan", replicó el candidato a alcalde de Bilbao. "Pues que estén. Va a hablar Aznar y al final os acercáis", le conminó el secretario general.
Jaime Mayor, máximo responsable de la elaboración del programa electoral que ayer presentó el PP y líder natural de los populares vascos, también se enteró ayer mismo, según su versión. Aunque luego subrayó que no le había sorprendido "nada".
Aznar destacó que el País Vasco, y sobre todo garantizar allí un "proyecto en libertad", es "lo más importante" de estas elecciones. El País Vasco es, según enfatizó Aznar, "la cuestión previa" de la libertad: "Para salir una mañana y defender las ideas que queremos para nuestros vecinos; para seguir viviendo".
Los actos políticos que el Partido Popular y el PSOE han convocado durante este fin de semana señalan el arranque, de hecho, de la precampaña para las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Con esa meta, Aznar justificó su candidatura: "Dentro de poco empezaremos una campaña electoral y habrá quien quiera salir de esa campaña y no pueda, y serán amenazados e insultados. Y sabrán que no se mide a todos por el mismo rasero en el País Vasco".
El presidente del Gobierno estará en la foto de todos los carteles electorales en Bilbao y se volcará muy especialmente en hacer campaña en la capital vizcaína.
La excusa para elegir Bilbao se la había brindado Basagoiti en su oferta. El padre de Aznar nació en Bilbao. "Yo soy hijo de bilbaíno. Mi padre era de Bilbao. Era un hombre honrado y trabajador", declaró el líder del PP. "Él me enseño Bilbao, por él conocí Bilbao".
Aznar añadió otra razón cargada de emotividad para todos los populares. La próxima semana se cumplen ocho años del asesinato en San Sebastián de Gregorio Ordóñez. Fue el 23 de enero de 1995. Con Ordóñez comenzó la campaña de ETA contra concejales, y tres meses después fue el propio Aznar el destinatario de las bombas etarras. Salió ileso.
Basagoiti había añadido una tercera razón de peso. El PP ganó en Bilbao al PNV por primera vez en las elecciones generales de marzo de 2000. "Nunca Felipe González, ni en sus mejores mayorías absolutas, logró ganar en Bilbao. Y el PP con Aznar lo hizo", destacó Basagoiti. Para el candidato, sería un "revulsivo" una victoria del PP en la capital de Vizcaya, tras haber quedado en 1999 a un concejal de los nueve de la coalición PNV-EA.
Aznar calificó su candidatura de mero "testimonio". Pero según el PP será mucho más, un símbolo y un espaldarazo a las difíciles candidaturas de los concejales vascos.
Tanto el PP como el PSOE están ahora en pleno proceso de captación de voluntarios para engrosar las listas en los ayuntamientos del País Vasco. Ya en noviembre, las direcciones regionales del PP se ofrecieron para rellenar esas listas. Tradicionalmente, la dirección del partido completaba los últimos puestos en algunos municipios. Por ejemplo, Arenas se presentó hace tres años por Rentería (Guipúzcoa), Rafael Hernando por Balmaseda (Vizcaya) y Esteban González Pons por Otxandio (Vizcaya). Pero ayer, tanto Jaime Mayor como Francisco Álvarez-Cascos subrayaron que la iniciativa de Aznar no es para "ser imitada".
Mayor argumentó que la decisión del líder popular es "la excepción, y lo que no podemos hacer es de una excepción una regla". Además, no hay "ninguna otra necesidad y lo importante es que sean ya los concejales quienes estén en las listas". Seguir en masa el ejemplo del inquilino de La Moncloa, subrayó Mayor, "sería además perjudicial". Álvarez-Cascos enfatizó que las iniciativas de Aznar "no son nunca para ser imitadas".
En su intervención pública, Mayor no olvidó hacer una loa de Aznar y de su decisión de no volver a presentarse como candidato a la presidencia del Gobierno. "Aznar es la persona que a la hora de decir que no se iba a presentar otra vez nos ha dado una lección de generosidad, de amor a España, de cómo se puede elevar el listón democrático de una sociedad, de una democracia como la española, y un gesto sin precedentes que no se ha producido en ningún país europeo", glosó el portavoz del PP en el Parlamento vasco.
Iturgaiz apostilló que la presencia de Aznar en la lista para el Ayuntamiento de Bilbao será un acicate y "animará a más vascos a engrosar las listas del PP". María San Gil optó por una comparación futbolística: "Los populares bilbaínos tienen hoy un subidón con la candidatura de Aznar, pero se les va a pasar", aventuró, "con la victoria de la Real sobre el Athletic en la liga de fútbol".
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