Mayor defiende la fortaleza democrática frente a los proyectos de "una segunda transición"

Jaime Mayor, máximo responsable del programa electoral del PP, defendió ayer, ante la convención de su partido, la unidad de España y la "fortaleza democrática" frente a los proyectos de "una segunda transición" como eje de la oferta electoral. Explicó que esa segunda transición pretende "modificar el modelo de convivencia en España bajo la guía del nacionalismo vasco", que ya vislumbra un posible final del terrorismo. A cambio, subrayó que la sociedad española necesita un proyecto de "fortaleza democrática" con el mismo discurso en todos los sitios de España. A su juicio, esto sólo lo ofrece el PP.

Mayor, en un análisis muy crítico, unió a las más diversas fuerzas en un proyecto "anti-PP" y las descalificó en los siguientes términos: "Unos, en la vanguardia, asesinando; otros, en la retaguardia, aprovechándose; otros, a rebufo de unos y, otros, rentabilizando; otros, con la obsesión enfermiza que están deslizando en un proyecto anti PP". El líder del PP vasco metió en un mismo cajón a ETA, al PNV, a los nacionalistas en general, y a los socialistas que pactan con los nacionalistas en algún territorio, como Baleares o Aragón.

A todos ellos les dijo que se equivocan y, sobre todo, alertó a quienes se ponen a "rebufo" de los nacionalistas, sean democráticos o no: "No es eso lo que quiere la sociedad española. Ese debate es viejo, anacrónico, caducado", alertó, sin precisar a quién dirigía sus reproches. Los ataques de Mayor se dirigieron contra quienes defienden hoy la viabilidad de la "cultura política de la transición" y que son necesarias nuevas reformas. "Lo más importante que alcanzamos con la transición es la Constitución", subrayó, con lo que descartó cualquier proyecto de reforma de la Carta Magna.

Prácticamente todos los partidos democráticos, a excepción del Partido Popular, defienden una reforma que, en el caso del PSOE se limita al Título III para convertir el Senado en una Cámara territorial. "Nosotros defendemos luchar contra la arbitrariedad, contra la ilegalidad, contra el anticonstitucionalismo", argumentó Mayor antes de calificar su compromiso de "solemne".

El líder del PP vasco recuperó uno de sus más preciados argumentos durante la etapa de la tregua de ETA: el rechazo a pagar un precio político por la paz, "porque la sociedad y la historia española no se lo merecen". Ahora no se trata tanto de lograr la paz con los etarras como con los nacionalistas, toda vez que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha anunciado que pondrá este año en marcha su proyecto soberanista.

Tras descalificar al PNV, el PP alertó de que CiU y otros nacionalismos, como el del BNG, también plantearán nuevas reformas. Y, en último lugar, avisa a los socialistas del riesgo de entrar en este juego, en una clara alusión a Pasqual Maragall, candidato del PSC a la Generalitat de Catalunya, y a Odón Elorza, alcalde socialista de San Sebastián.

Mayor advierte a todos los partidos de que "la libertad no tiene precio alguno", y en estas elecciones "hay que ganar, pero no de cualquier manera", es decir, no con pactos con el único objetivo de expulsar al PP.

Mayor insistió en el "fortalecimiento democrático" y en la "defensa de la libertad". Y precisó esa política en el País Vasco: "Es atreverse a decir la verdad, especialmente ante los enemigos de la libertad; es terminar con la impunidad de los verdugos, que han sido los matones de la libertad en las calles y en las plazas y en los rincones del País Vasco".

En línea con esta tesis, María San Gil, candidata popular a la alcaldía de San Sebastián, presentó una resolución, muy ovacionada por el pleno de la convención, titulada Democracia local en el País Vasco. En ella, se destaca que es "escandaloso e inaceptable la falta de determinación del Gobierno vasco para erradicar la situación de permisividad, comprensión y amparo de que gozan los grupos totalitarios que actúan en los ayuntamientos del País Vasco a las órdenes de ETA".

Al inicio de su intervención, Mayor hizo una defensa del "esfuerzo y la coherencia" como señas de identidad de los populares. Y no olvidó glosar cariñosos reconocimientos a la tarea realizada por sus dos compañeros en la carrera por la sucesión de José María Aznar.

Elogió el trabajo de Mariano Rajoy en la crisis del Prestige. "España necesita personas como Manuel Fraga y Mariano Rajoy, que han dado una lección de democracia al servicio de Galicia y de España", frente a los que se "han instalado en la mezquindad".

Y glosó los avances logrados por la economía bajo la dirección de Rodrigo Rato como ministro. Los calificó como muestras del "fortalecimiento democrático" que propugna el PP.