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Ocho heridos en el descarrilamiento en León del Talgo Gijón-Alicante

Varios pasajeros afirman que el tren arrastró montones de piedras que había en la vía

Seis de los nueve coches con 202 viajeros a bordo del Talgo Gijón-Alicante descarrilaron a mediodía de ayer en un paraje de cereal del municipio de Reliegos, a unos 20 kilómetros de León, sin llegar a volcar, al quedarse los vagones de lado enganchados en la catenaria. Ocho personas sufrieron heridas leves. El siniestro ocurrió en lo alto de un montículo de muy difícil acceso, al que sólo podía llegar el tren, de ahí la dificultad de las tareas de rescate de los pasajeros.

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Ocho viajeros fueron atendidos de contusiones y cortes diversos en las inmediaciones del lugar del accidente por los servicios médicos de urgencia y posteriormente fueron trasladados al hospital Virgen Blanca de León para un reconocimiento médico, aunque las heridas no revestían gravedad. Se trata de Delia M. L., con fractura de carpo; Filomena M. F., con contusión nasal; Francisco Martínez, con dorsalgia; Gerardo G. C., con traumatismo de tobillo; Pablo R. G., con traumatismo en el codo izquierdo; María C. P., con dolores cardiovasculares; Ana S. C., con contusión costal, y Nieves G. G., con heridas en el muslo izquierdo. Todos fueron dados de alta por la tarde.

Éste es el tercer descarrilamiento en la provincia de León en lo que va de mes. Los dos anteriores fueron en las cercanías de Ponferrada a causa de desprendimientos de tierra provocados por la lluvia. El siniestro de ayer ocurrió 12 días después del descarrilamiento de otro Talgo en Tobarra (Albacete), en el que dos personas murieron y 24 sufrieron lesiones.

Los pasajeros del Gijón-Alicante fueron trasladados a Madrid en autocares y en un tren regional. El tráfico ferroviario en una de las dos vías afectadas quedó restablecido alrededor de las 15.00. Anoche se seguía intentando encarrilar los vagones accidentados. Algunos pasajeros manifestaron a este periódico que en el momento del accidente notaron que el tren arrastraba montones de piedras que había en la vía.

Varios viajeros tenían la intención de efectuar una reclamación conjunta desde Madrid, Alicante y Ciudad Real por el trato dado por Renfe. Según estos usuarios, la empresa no ofreció "ninguna explicación" de lo ocurrido. Renfe descartó por la tarde que se tratara de un sabotaje o de un fallo en el tren. La compañía aseguró que se produjo una acumulación de balasto por las obras realizadas tras el temporal.

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José María Sánchez Barrio, uno de los viajeros que iban en el segundo vagón, donde más heridos hubo, afirmó que unos 500 metros antes de descarrilar el tren "las vías tenían piedras machacadas y montones de ellas estaban haciendo un montículo".

En este vagón, el descarrilamiento produjo la rotura de cristales y el desplazamiento de los asientos. También hubo desperfectos en los tres vagones siguientes. Algunos viajeros permanecieron más de dos horas en la vía sentados junto a las maletas. Una unidad de Renfe los trasladaba en pequeños grupos a una explanada, un paso a nivel situado a dos kilómetros. Otros optaron por andar sobre la vía con sus enseres para acceder a esta zona y desde allí gestionar su traslado a Madrid.

Alfonso Buján, uno de los viajeros que había subido al primer vagón en Oviedo, relataba: "Un kilómetro antes sentimos un golpe, como si hubiera una piedra atravesada. Ese vagón se salió enseguida de la vía y arrastró al resto. Nos aguantó la catenaria y las columnas de caernos a un precipicio. La máquina frenó enseguida; luego, el tumulto, gente herida...". Un matrimonio de ancianos -él, jubilado de Renfe- señalaba con evidentes signos de nerviosismo: "Nosotros nos agarramos con las manos apretaditas y rezando".

Por otra parte, el Talgo que cubre la línea Cartagena-Barcelona-Montpellier tuvo que salir el martes por la mañana con 30 minutos de retraso ya que las mangas del freno del tren habían sido cortadas la madrugada anterior, informa Tono Calleja. Renfe lo calificó de "acto de sabotaje" y explicó que los autores del acto de vandalismo intentaron provocar un retraso en la salida del tren.

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