Trichet retrasa de nuevo su comparecencia judicial por razones profesionales

El actual director del Banco de Francia, Jean Claude Trichet, no fue interrogado ni el pasado lunes ni ayer, martes, tal y como estaba previsto, en el marco del juicio sobre el Crédit Lyonnais (CL). Trichet, por razones profesionales justificadas, no acudió al tribunal.

Hasta ahora sólo ha asistido a las dos primeras sesiones, y siempre ha entrado a la sala por una puerta distinta a la empleada por los demás implicados, manera de escapar a las cámaras. Su ausencia no ha impedido que el proceso siga revelando las extrañas costumbres que reinaron en el CL entre 1988 y 1993, años de presidencia de Jean Yves Haberer. Por ejemplo, éste, al responder al fiscal sobre por qué razón no había tenido en cuenta una advertencia escrita en la que se le comunicaba "la probable suspensión de pagos de Sasea" -nebulosa financiera del estafador Florio Fiorini, beneficiario de numerosos e importantes préstamos por parte del CL-, explicó que lo "probable" no era alarmante y no impedía seguir prestando respaldo económico. Fiorini recibió el equivalente a 720 millones de euros, a pesar de que enviaba al Lyonnais, para que se los abonase, los impagados que mantenía con otros bancos.

Según Haberber, "la sociedad auditora KPMG, cuyo presidente en Suiza era además miembro del Consejo de Administración de Sasea, certificó las cuentas: nunca pude imaginar que fuesen fraudulentas". Ayer los miembros del Tribunal de Cuentas y los de algunas auditoras fueron verbalmente zarandeados por la fiscalía por "haber certificado sin reserva alguna" unos resultados que, en 1991, ocultaban el agujero de 15.000 millones de euros del CL. "Lo más correcto hubiera sido que nos hubiesen facilitado los datos", dijo un representante de Ernst&Young.