Un congreso internacional conmemora en Sevilla el quinto centenario de la Casa de la Contratación
En 1503, el Gran Capitán restituyó a la Corona aragonesa el reino de Nápoles. Ese mismo año murió Alejandro VI, el papa de las bulas de Indias. Isabel la Católica estaba gravemente enferma, igual que Colón, que había regresado destrozado de su cuarto viaje y apenas sobreviviría un año a su protectora. El académico Antonio Domínguez Ortiz recreó ayer el momento histórico en que, por orden de los Reyes Católicos, se creó en Sevilla la Casa de la Contratación, el organismo que durante tres siglos ordenó y rigió el comercio y la navegación americanos, primero desde Sevilla y, en el siglo XVIII, desde Cádiz. El historiador inauguró el congreso internacional que conmemora los 500 años de la fundación de esta institución, la primera que se creó para el Descubrimiento de América. 51 especialistas europeos y americanos aportarán hasta el 18 de enero en el Real Alcázar sus estudios científicos sobre la Casa de la Contratación, cuyas dependencias ocupaban el lado oeste del Patio de la Montería del palacio sevillano, destruidas a finales del siglo XVII
en un incendio. La Sala de Audiencias es la única estancia original que se conserva.
El congreso ha sido organizado por la Universidad de Sevilla y la Escuela de Estudios Hispano-Americanos. "Diez años después del Descubrimiento, el balance de la colosal empresa arrojaba un saldo heterogéneo, confuso. Frente al secretismo portugués, el Gobierno español no había hecho nada por impedir que las noticias del magno acontecimiento se esparcieran por toda Europa produciendo curiosidad y asombro, despertando ambiciones...", dijo Domímguez Ortiz.
La Casa de la Contratación debía fiscalizar y registrar las mercancías del tráfico marítimo con América. También recibió plenas competencias sobre la navegación con Indias. "Supervisaba el flujo de materiales y productos necesarios para preparar viajes tan complejos como llegaron a ser los convoyes, forma en que, desde 1540, viajaban los barcos a América", señala Antonio Acosta, director del Departamento de Historia de América de la Hispalense y miembro del comité científico organizador.
La institución, que examinaba a pilotos e impartía enseñanzas para la navegación, tenía atribuciones sobre la emigración a las nuevas tierras con potestad para conceder o negar autorización para viajar y era responsable de la preparación y apresto de las embarcaciones y flotas. Y custodiaba la información geográfica "secreta" sobre los nuevos descubrimientos, con mapas actualizados "que no debían caer en manos de naciones extranjeras", pues ya en 1511, recuerda Acosta, "embarcaciones francesas atacaban en las proximidades de Cádiz a navíos castellanos que regresaban con oro de las Antillas". Otro aspecto importante es el de tribunal que entendía de conflictos mercantiles. El historiador Hugh Thomas clausurará el sábado el congreso.
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