El escarmiento de Sony

Thomas D. Mottola llevaba una vida como principal ejecutivo de la división musical de la corporación japonesa Sony literalmente de película. No era solamente que la empresa le pagara una remuneración anual de entre 15 y 20 millones de dólares y le permitiera manejar sin interferencias la que en su momento fue la segunda casa discográfica de Estados Unidos, sino que, además, Mottola decidía con mano libre sobre las carreras de estrellas como Jennifer López, Céline Dion, Shakira, Bruce Springsteen o Michael Jackson. Mottola ganaba 10 veces más que el propio presidente de Sony, el japonés Nobuyaki Idei, y sólo aceptaba viajar a los cuarteles generales de la compañía si el propio Idei se lo pedía. Una de sus protegidas, la cantante Mariah Carey, fue por un tiempo su mujer.

Hoy esta existencia de película de Mottola se ha terminado. Con pérdidas en el año anterior de más de 132 millones de dólares y habiendo sido desplazada al tercer lugar entre las cinco principales discográficas de Estados Unidos, Sony le bajó el pulgar al ejecutivo de 52 años, ex guitarrista y ex líder de su propia banda musical.

Su salida de Sony marca el fin de una era. Se terminó el reino de los ejecutivos-creativos interesados más en la supervisión personal y el desarrollo de las carreras de sus protegidos que en el balance anual de pérdidas y ganancias. El nombramiento de Andrew Lack, un ejecutivo de la cadena de television NBC, para ocupar el puesto de Mottola, ha sido recibido con sorpresa en el mundo de la música. No se entiende, se dice, cómo Sony lleva al cargo a alguien sin experiencia en el mundo discográfico.

"Este movimiento simboliza el fin de la vieja manera de hacer negocio en lo que es ahora una industria de la música en declive", señaló Michael Nathanson, analista de la firma Sandor C. Bernstein. "Tony es el tipo de talento en el cual se construyó el negocio de la música. El que Sony lo reemplace por un ejecutivo sólo interesado en números es un cambio total".

Mottola llegó a Sony en 1988 como el jefe de lo que en ese momento era la discográfica CBS, que sería adquirida luego por la corporación japonesa. Desde 1993 tenía el título de presidente y jefe ejecutivo de Sony Entertainment y convirtió en un gigante de escala mundial lo que hasta antes de su llegada era una aburrida y sin ambiciones casa de discos. En sus días de gloria con Mottola al frente, Sony llegó a tener más del 17% del mercado de discos en Estados Unidos. Su gestión se caracterizó por una mezcla de talento creativo con un gran olfato por la mercadotecnia. Mottola se movía sin dificultades entre el mundo formal de chaqueta y corbata de las reuniones corporativas y el universo de sudor creativo y ropa informal de los estudios de grabación. A él se le acredita el desarrollo de la idea del cantante como estrella internacional con reconocimiento y penetración global. Es gracias al olfato por la mercadotecnia de Mottola que divas de la música pop como Céline Dion, Jennifer López y Mariah Carey, no necesariamente de la mejor calidad musical, son conocidas y venden discos en cualquier rincón del mundo.

No obstante, con su cadena de éxitos y su presencia frecuente en las páginas de la prensa amarillista de Nueva York con escándalos bien sobre sus problemas maritales con Carey, el secuestro de miembros de la familia de su nueva esposa, la también cantante Thalia, o las acusaciones de Michael Jackson de que era un "tipo diabólico", Mottola fue afectado por la crisis que toca a toda la industria discográfica internacional provocada por Internet. Las ventas de CD musicales han caído un 10%.

No le será fácil a Sony reemplazar sin problemas a Mottola. Un caso similar se dio hace unos años cuando la división musical de Time-Warner comenzó a cortar cabezas de ejecutivos. La discográfica sufrió un serio declive y nunca pudo recuperar su lugar en el mercado. Mottola, entretanto, tiene un buen premio de consolación para curar sus heridas. Se va de Sony con un pago de compensación de más de 20 millones de dólares e iniciará una nueva casa de discos en la que la misma Sony invertirá otros 20 millones de dólares anuales hasta 2008.