Un señor
A lo largo de 2002 las organizaciones empresariales han celebrado su 25 aniversario a partir de su refundación en 1977, con la ley que permitió el asociacionismo en España, después de varias décadas. Unos lo han celebrado con mayor ruido y otros en silencio. Cuestión de estilos. He tenido la oportunidad de reencontrar a un personaje que fue protagonista de aquellos primeros balbuceos de asociacionismo empresarial. Ricardo Cardona Salvador, un empresario ligado primordialmente al sector textil, arraigado a la Vall d'Albaida y por consiguiente a las comarcas centrales, como concepto geoestratégico en términos sociológicos, culturales, políticos y, sobre todo, económicos. Cardona, de origen castellonense, nunca ha abandonado sus vínculos de nacimiento. Hijo de médico, estudió en la comercial de Deusto, cuyo sello le marcó después de haber estudiado el bachiller con los jesuitas de Valencia.
Participó y fue testigo de excepción en la gestación de la Confederación Empresarial Valenciana en 1977, formó parte de su primera junta directiva y fue el vocal más votado de toda la candidatura, por encima del apoyo que recibió su primer presidente, Vicente Iborra, que contaba con el aval de otro personaje muy influyente, Vicente Castellano. Años después constituiría, junto con José María Simó Nogués y Ramón Cerdá Garrido, la terna con mayores expectativas para renovar e impulsar el movimiento organizativo empresarial valenciano. Ha sido vicepresidente de la CEV y de la Cámara de Comercio de Valencia, hasta que Luis Espinosa, en unas elecciones camerales, le cortó el paso e impidió su participación. Este hecho provocó su salida airada de la Asociación Valenciana de Empresarios, a la que pertenecía desde su fundación en 1982. Participó asimismo en la gestación del Círculo de Empresarios de la Comunidad Valenciana en 1994 y ha presidido durante 20 años la Asociación del Textil Valenciano (ATEVAL), con sede en Ontinyent. Es uno de los gestores empresariales con mayor experiencia en comercio exterior y fue uno de los impulsores del actual Instituto Valenciano de Comercio Exterior (Ivex). Pudo haber llegado a la presidencia de las más relevantes entidades económico-empresariales valencianas, en cuya política interna se ha distinguido por practicar el juego limpio y por preservar su independencia al margen de presiones y contubernios.
Partidario de la tolerancia y el diálogo, ha ejercitado las normas de la vieja amistad que, como escribió Cicerón, sólo puede existir entre hombres buenos. Ha desempeñado responsabilidades empresariales en muy distintos sectores además del textil. Ricardo Cardona es un personaje entrañable. Amigo personal de José María Simó Nogués y Vicente Iborra, con quienes participó en muchas andaduras empresariales. Advierte de los peligros de la escasez de liderazgos confirmados y asumidos que permitan desarrollar un proyecto económico empresarial de la Comunidad Valenciana. Conoce como nadie los rasgos característicos del mundo empresarial, sus grandezas, sus debilidades y la necesidad vital que tiene de establecer una serie de actuaciones que permitan a los empresarios valencianos recuperar el tiempo perdido. Y la dignidad de las personas está ligada a sus principios, donde la falsedad y el abuso de poder han de quedar desterrados.
