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Reportaje:FORMACIÓN Y EMPLEO

Internet enreda a las empresas

Un estudio constata que menos de la mitad de las compañías tiene normas escritas y el 10% ha sancionado a algún empleado

Amaya Iríbar

Internet se ha convertido en una herramienta habitual para muchos trabajadores españoles. Y su uso, en un problema para algunas de sus empresas. Un estudio reciente entre las 1.000 compañías más grandes por facturación constata que el 10% de éstas ha sancionado al menos a un empleado por usar de forma incorrecta Internet o el correo electrónico, mientras que el 3% ha llegado a despedir a algún trabajador. Según el mismo estudio, elaborado por un centro especializado de PricewaterhouseCoopers y la escuela de negocios de la Universidad de Navarra (IESE), menos de la mitad de las empresas cuentan con normas internas escritas para establecer lo que los empleados pueden hacer tanto cuando navegan por la Red como cuando envían correos electrónicos desde su puesto de trabajo.

Entre las empresas que cuentan con normas internas, el 4,7% ha despedido por 'navegar' y el 7,5% por enviar correos electrónicos
Más de la mitad de las compañías carecen de políticas escritas sobre el uso de estas nuevas herramientas en el puesto de trabajo

De las empresas encuestadas para este trabajo, sólo tres reconocieron haber despedido "al menos a un trabajador" tras implantar medidas de supervisión sobre cómo utilizaba estas herramientas.Los porcentajes suben de forma significativa cuando se pone la lupa sobre aquellas empresas que tienen políticas escritas sobre estas cuestiones, según el estudio: el 4,7% han puesto en la calle al menos a un empleado que abusa de Internet y hasta el 7,5% por enviar correos electrónicos. Las empresas que han decidido despedir parecen pues más sensibles a este segundo aspecto.

"Los despidos se han extendido entre las grandes empresas para echar a empleados molestos", explica la abogada Paloma Llaneza, como representantes sindicales o empleados tan antiguos que un despido improcedente sería costoso. Tanto que, en opinión de esta experta, ya no son noticia.

En cuanto al tipo de sanciones, el estudio asegura que muchas empresas han preferido castigos como la prohibición de usar Internet o enviar correos durante la jornada laboral antes que imponer una multa económica. El límite para las que se decidieron por esta última parece quedarse en 3.000 euros.

Al mismo tiempo que se han ido haciendo más comunes los despidos se han ido generalizando las políticas de limitación y control del uso de estas herramientas. Más de la mitad de las empresas limita el uso de Internet (67%) y el correo electrónico (69%) a su plantilla, y algo menos (40%) la supervisa de alguna forma.

El problema está en cómo se realiza ese control. El estudio, que diferencia entre la forma en que navegan los trabajadores y a quién envían los correos, subraya que la mayoría de las empresas fallan en el primer requisito para ejercer ese control, que es la notificación a los afectados de la realización de esa vigilancia. Menos de la mitad de las compañías tienen políticas escritas sobre estas cuestiones (38,5% en el caso de Internet y 47,3% para el correo electrónico).

La distinción entre ambos es significativa. Mientras el control de la navegación no parece crear problemas entre los juristas, la apertura de los correos electrónicos, sí. En opinión de algunos expertos mirar el contenido de un e-mail exige una orden judicial y la presencia de un representante de los trabajadores, ya que de lo contrario puede ser considerado un delito de interceptación de las comunicaciones.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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