_
_
_
_
_
Reportaje:

Unas uvas amargas

Un centro de menores de Navarra se ve obligado a cerrar al negarse a instalar un módulo de régimen cerrado

Un centro de menores de Navarra se ve obligado a cerrar al negarse a instalar un módulo de régimen cerrado

Las uvas de fin de año serán amargas en el centro residencial para menores Lagun Etxea de Pamplona. La decisión del Gobierno navarro de rescindir el concierto de sus 18 plazas residenciales supone la pérdida, a partir del 1 de enero, de sus 14 puestos de trabajo (diez educadores especializados, dos cocineras, una psicóloga y una trabajadora social) con una media de cuatro años de experiencia. El cierre se debe a la negativa del centro, uno de los tres de Navarra para menores conflictivos, a instalar un módulo de régimen cerrado para menores de alta peligrosidad.

Los trabajadores consideran que el Gobierno de Navarra incumple los preceptos de la Ley del Menor al negarse a crear plazas para estos menores conflictivos en un recinto específico y que la decisión de mezclar distintas tipologías en un mismo centro supone una amenaza para los tratamientos de otros jóvenes en libertad o semilibertad.

Por Lagun Etxea han pasado en sus nueve años de existencia 90 menores con problemas. La inmensa mayoría se reintegró con normalidad en su contexto sociofamiliar. La residencia, impulsada por los Terciarios Capuchinos, está ubicada en la localidad próxima a Pamplona de Mutilva Baja. Lagun Etxea recibió la propuesta del Instituto Navarro de Bienestar Social para adaptarse a las exigencias de la Ley Penal del Menor, que entró en vigor en enero de 2001, y crear en el centro un módulo de régimen cerrado. La dirección consultó a los trabajadores y éstos contestaron negativamente, advirtiendo sobre los riesgos de mezclar en un mismo proyecto menores que requieren muy distintos tratamientos. Recordaron también los empleados que el vigente concierto, firmado en marzo de 2001, establece que Lagun Etxea no acogerá a menores con medidas de régimen cerrado o que requieran medidas de contención puntual. La dirección respetó la decisión de su plantilla.

Traslado de los chavales

Los dos restantes centros navarros para menores con problemas de adaptación, Haritz Berri (Ilundáin) y Sin fronteras (Pamplona), aceptaron crear módulos cerrados. En ellos serán recolocados los diez chavales hasta ahora recibían tratamiento en semilibertad en Lagun Etxea. Los trabajadores de este centro sí aplicaban medidas de contención (habitaciones cerradas, cerraduras, ventanas, cristales y puertas blindadas), pero lo hacían de forma puntual y "siempre dentro de un proceso educativo más flexible", puntualizan José Ignacio Azparren, Iñaki Navarlar y Alfredo Salinas, portavoces de quienes perderán sus empleos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los pedagogos, psicólogos y educadores de Lagun Etxea critican al Gobierno foral "por ofrecer una imagen de cumplimiento de la ley del Menor de cara a la sociedad" y aseguran que los menores especialmente conflictivos deberían ser tratados en un centro específico ubicado, como dice la ley, en su comunidad de referencia. Hasta ahora, UPN remitía a estos menores a comunidades limítrofes e incluso los hacía rotar por los tres centros navarros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_