ELA y la manifestación del 'lehendakari'
El comunicado emitido por el Comité Nacional de la central ELA, ante la convocatoria de la manifestación hecha, unilateralmente, por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, celebrada en Bilbao ayer domingo 22 de diciembre, bajo el lema ETA Kampora, sitúa nuevamente a los dirigentes de este sindicato en su papel de vanguardia en el proceso soberanista del nacionalismo gobernante.
Y a su secretario general, José Elorrieta, en el teórico de la acumulación de fuerzas nacionalistas -como ya lo demostró anteriormente en el Pacto de Lizarra- y de la vía muerta del Estatuto de Gernika, para la superación del actual marco político-jurídico.
El sindicato creado por el Partido Nacionalista Vasco, hace 90 años, para preservar la identidad religiosa de los vascos contra las influencias socialistas y liberales, en la búsqueda de su "socialismo de sustitución", viene desarrollando en los últimos años su particular reflexión sobre la "implicación de la clase trabajadora y del sindicalismo abertzale en la construcción nacional".
Y ahora, en esta ciaboga soberanista en la que están embarcados, plantean "ganar el derecho de autodeterminación y lograr la soberanía a través de su ejercicio". Por eso, el Comité Nacional de ELA sale a corregirle a Juan José Ibarretxe, porque entiende que, "esta manifestación está llamada a la movilización social en clave exclusivamente antiterrorista".
Y porque no pone al mismo nivel la defensa de los supuestos derechos colectivos del pueblo (Euskal Herria) y los derechos individuales. Por eso creen que se trata de un "retroceso político", con respecto al Pacto de Lizarra, claro.
Al Comité Nacional de ELA le parece que, la convocatoria de la manifestación del lehendakari Ibarretxe inclina más la balanza hacia el lado de los unionistas, como diría Otegi. Porque no tiene el contrapunto de quienes, mediante el terrorismo, anteponen esos supuestos derechos colectivos -que también defiende ELA-, a los derechos humanos, al derecho a la vida y a la libertad.
De quienes, como ETA, pretenden imponer la autodeterminación, mediante la eliminación física y la exclusión política, como un "derecho democrático que nos corresponde como pueblo", como si de un mandato divino se tratara. Esta fórmula de síntesis de nacionalismo extremado y pseudo-socialismo no es nueva en la historia de la humanidad y ya conocemos sus efectos tan perversos.
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