Más de 100 pesqueros se niegan a limpiar las islas Sisargas en protesta por una multa

Desde el jueves, y por culpa de una antigua multa, ninguno de los más de 100 pesqueros de Malpica está limpiando las islas Sisargas, espacio protegido donde se acumulan cientos de toneladas de fuel del Prestige. Los pescadores, los únicos que habían ido a extraer chapapote, se niegan a llevar voluntarios o a recoger fuel porque la Xunta les ha cobrado, justo ahora, una multa por exceso de pesca que pusieron en febrero a 13 barcos. "Se gastan miles de millones de pesetas en limpiar, lo nuestro son menos de 10... ¿No podían esperar a que pase el desastre?", se queja Jenaro Amigo, patrón mayor.

El pasado febrero, 13 barcos salieron a por chicharro y, según los funcionarios de la Xunta, estuvieron pescando más tiempo del permitido. "Fue una confusión, un malentendido", insiste Manuel Arcay, patrón del Arcay Poso, que ya ha pagado los más de 2.000 euros de multa. "Es que si no pagaba inmediatamente tenía un recargo del 20%", se justifica. Pero lo más grave para ellos no es que les cobren una sanción que consideran injusta, es que lo hagan precisamente ahora, en plena tragedia por el vertido, que ha dañado las costas y los caladeros de Malpica y les impide de momento pescar cualquier cosa que no sea fuel.

"O sea, que hemos estado sacándoles las castañas del fuego, quitando el fuel con las manos mientras ellos no hacían nada..., ¿y así nos lo pagan? Pues mira, ponlo bien ahí: ¡que recojan la mierda ellos!, yo me quedo aquí hasta que no me quiten la multa", se indigna Lino Haz, patrón del Santo Domingo, también multado. Ese "ellos" del que hablan los pescadores es la Xunta de Galicia, responsable de la multa y culpable, para los marineros, de todo el conflicto. El patrón mayor responsabiliza directamente al consejero de Pesca, Enrique López Veiga: "Que venga él a quitar el chapapote, a esto no hay derecho".

La sanción sólo se la han puesto a 13 de los más de 100 barcos que hay en Malpica, el puerto más importante de la Costa da Morte. Pero ninguno sale a por fuel desde el jueves, en solidaridad con sus compañeros. Es más, Malpica, que ayer era el lugar más cercano a la enorme mancha que prosigue su camino hacia el norte, está habilitado como el puerto más importante para descargar el fuel recogido en alta mar por barcos succionadores. Desde la multa ha dejado de serlo. "Como vengan a descargar, se encontrarán con nosotros", amenaza el patrón mayor.

El ambiente se caldea en el bar de los pescadores cuando se hace mención a las multas, la mayoría entre los 2.000 y 3.000 euros. Porque precisamente ellos han sido hasta ahora los que han tratado de salvar las islas Sisargas, que hasta hace un mes eran un privilegiado hábitat para distintas especies de aves migratorias, algunas de ellas en peligro de extinción como el Arao das Cons (Uria Aalge Ibericus), además de todo tipo de gaviotas y cormoranes.

Antes, los barcos salían cada día y llevaban unas 100 personas del pueblo, incluidos los hijos de los patrones ahora multados, hasta las Sisargas para recoger chapapote. Mientras, ellos se dedicaban a pescar lo que encontraban por el mar. El jueves, el último día que faenaron, sacaron 20 toneladas, que luego llevaron a puerto en sus barcos. Pese al esfuerzo, como en muchos otros sitios, el trabajo es desmoralizante porque el chapapote se vuelve a acumular al día siguiente en el mismo sitio.

Los problemas ya empezaron hace unos días, cuando les pusieron pegas porque decían que estaban llevando a los voluntarios a limpiar sin seguro. "Y entonces qué, ¿es mejor dejar la mierda en el paraíso que eran las islas?", se enfada Arcay. Ese problema no llegó a resolverse, pero tiraron adelante y se saltaron las advertencias. Hasta que llegó la multa, que ha desatado las ganas de pelea de los marineros, que resume su patrón mayor: "Que nos vuelvan a pedir ayuda, se van a enterar de quiénes son los de Malpica".