El PP olvida el déficit cero
Por primera vez, aprovechando la estela del Prestige, el Gobierno y su ministro de Economía, Rodrigo Rato, han reconocido que sus cálculos sobre el crecimiento de la economía española en el año próximo han sido exagerados y que no podrá mantener el déficit cero, tan alabado hasta hoy. Los presupuestos de 2003, afirman, están calculados con un criterio tan ajustado que se descuadran ante cualquier acontecimiento imprevisto.
El reconocimiento de Rato del abandono del axioma del déficit cero (tanto ingreso, tanto gasto)fue acogido con alivio en la mayoría de los medios económicos del país, que llevaban meses anunciando un retraso en la recuperación económica europea y española y que se preguntaban cuánto tiempo iba a tardar el Gobierno en reconocerlo y en adaptar sus cálculos a la realidad.
El PP admite que se le ha ido al garete la campaña 'Menos impuestos, más seguridad', en la que la dirección había invertido esfuerzo y bastante dinero
Lo que llamó la atención es que Economía relacionase esta evidencia con las obligaciones derivadas de la catástrofe del Prestige. "Cualquiera diría que el Gobierno está preparando un plan de inversiones para diversificar los sectores productivos gallegos y mejorar sus infraestructuras. Si, como parece, no es así, si se trata sólo de dar el seguro de desempleo a los afectados y de limpiar la contaminación, no debería ser un gasto suficiente para descabalar el presupuesto, más aún si pretenden que la UE no lo contabilice en relación con el Pacto de Estabilidad", asegura un economista vinculado a una entidad financiera. "La imposibilidad de mantener el déficit cero es anterior a la marea negra del Prestige, porque lo que ocurre es que habrá menos ingresos de los previstos", añade.
La economía tira menos, el Estado recauda menos y, además, en esta ocasión el Gobierno ha anunciado al mismo tiempo una rebaja del IRPF, que se juntará con algunos gastos extra como los del Prestige, pero también con otros de índole preelectoral, como las subidas de los funcionarios, y con el desajuste provocado en el pago de las pensiones por culpa de una inflación superior a la programada. "No se trata de anunciar un año catastrófico, porque un crecimiento del 2% no es una calamidad, visto cómo está Alemania, pero sí de aceptar que se tratará de un año difícil", admite un diputado popular vinculado al área económica.
Las consecuencias de ese retraso en la recuperación no se aprecian todavía en la calle, sobre todo gracias a que las hipotecas siguen muy bajas, pero las encuestas del CIS empiezan a registrar cada día más inquietud frente a las nuevas cifras de paro y a la debilidad en la creación de empleo. Ésa es la auténtica bestia negra de los españoles, por encima de todo lo demás, y lo que acarrea consecuencias políticas más evidentes.
Críticas populares a Arenas
"Es verdad que se nos ha ido al garete la campaña
Menos impuestos, más seguridad,
que la dirección del partido había diseñado para este fin de temporada como un hilo que nos permitiera retomar la iniciativa y dar ánimos a nuestra gente", confiesa un alto cargo del PP, que asegura que la campaña está completamente paralizada y que dice desconocer cuánto dinero había invertido ya el partido.
La preocupación por el desarrollo del caso Prestige no ha disminuido en el PP, por más que la organización nacional asegure que ya ha pasado "al contraataque". La dirección popular se muestra formalmente encantada con su estrategia de ataque al PSOE y con los incidentes en el Congreso de los Diputados de la semana pasada, pero algunos importantes diputados reconocen en privado que el abandono del hemiciclo "pudo ser una exageración" y responsabilizan a Javier Arenas, más que al presidente del grupo parlamentario, Luis de Grandes, por la decisión.
En el PSOE, por su parte, las primeras críticas contra la intervención de Caldera quedaron acalladas por los gritos populares exigiendo su dimisión. "Caldera podría haber perdido fuerza en nuestras filas, pero el ataque del PP fue tan increíble y el espectáculo tan bochornoso y falto de sentido, surrealista, con un Gobierno en plena crisis pidiendo a voces la dimisión de la oposición, que tapó cualquier posible discrepancia entre nosotros", mantiene un veterano parlamentario socialista. "La indecencia ha sido tan grave que hasta Zapatero ha dicho que ha cambiado su opinión personal sobre Mariano Rajoy y que no olvidará nunca este espectáculo", asegura.
Todo lo que haga el PP, admiten en el Partido Popular, será inútil si no se consigue lo más importante, que es tapar las grietas del barco hundido. La mayor pesadilla de los populares es que siga llegando intermitentemente fuel a la costa hasta que cambien las corrientes marinas, allá por marzo o abril, es decir, en plena temporada electoral.
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