Las fotografías de Aitor Ortiz recomponen la imagen de la arquitectura en Bilbao

El fotógrafo Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) ha realizado un trabajo de descomposición, transformación y recomposición de la arquitectura en la última muestra que se expone en Bilbao. La sala Rekalde (Alameda de Rekalde, 30) se ha tranformado también para acoger de manera coherente la propuesta de Ortiz. Así, los paneles se ajustan a las necesidades del artista para dar un caracter intimista a su muestra.

Modular es un trabajo que engloba otros dos: Modular Rec (que se sitúa en el escaparate de la sala y está compuesto de 35 copias fotográficas) y Modular Mod, que juega con los paneles del interior de la sala bilbaína y que conforman 28 copias fotográficas digitales de gran tamaño (190 por 120 centímetros) sobre metacrilato con bastidor basculante. El artista ha colocado estas imágenes sobre puestas, de manera que al unirse dos o tres de estas fotografías resulta una nueva obra.

Ciclo expositivo

La muestra de Aitor Ortiz, que estará abierta hasta el 2 de febrero, cierra un ciclo de exposiciones de la sala Rekalde que empezó "en diciembre de 2001 con José Manuel Cillero", según explicaron ayer los responsables de la sala. "Desde Rekalde se quiere apoyar a jóvenes artistas que revisan los conceptos clásicos del arte y plantean un nuevo modo de relaccionarse con lo expuesto".

"La obra de Ortiz nos invita a pensar en la imagen como algo distinto, en la fotografía como algo que se construye después de la fotografía", recalcaron. El fotógrafo bilbaíno se adentra en esta propuesta, especialmente pensada para la sala Rekalde, que se adentra en la frágil frontera entre la pintura y la fotografía a través de la arquitectura.

"Esta serie es la continuación de una búsqueda a través de la fotografía que inicié hace seis años con la serie Estructuras. refleja la indefinición de la arquitectura como un espacio atemporal", comentó ayer Aitor Ortiz, durante la presentación de la muestra.

El fotógrafo bilbaíno transforma una estructura en tres dimensiones (la arquitectura) en otra en dos (la fotografía), para luego volver a las tres dimensiones al colocar las imágenes en paneles móviles. Ortiz afirma no detenerse tanto en "el hecho arquitectónico" como en cómo actúa la fotografía en ese espacio. Así, esta muestra de la sala Rekalde es un "análisis entre la perspectiva real y la perspectiva fotográfica". "La obra simula el propio espacio o potencia su contraste", indica Ortiz.