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Reportaje:

El fútbol gana a la arqueología

Zestoa se queda sin ayudas por cambiar de sitio el campo de fútbol para no dañar el yacimiento de Irikaitz

Mikel Ormazabal

El Ayuntamiento de Zestoa, gobernado por Batasuna, dejará de percibir de la Diputación Foral de Guipúzcoa una subvención de 370.223 euros (61.600.000 pesetas) debido a que decidió cambiar la ubicación del campo de fútbol para no dañar el yacimiento de Irikaitz, un tesoro arqueológico que contiene vestigios de un asentamiento humano de hace más de 100.000 años, el más antiguo hallado en el País Vasco. La institución foral le retirará esta semana la ayuda comprometida porque el consistorio ha decidido construir un nuevo campo de fútbol en lugar de acometer las reformas previstas en el actual recinto deportivo, situado justo encima del yacimiento.

Preservación

El diputado foral de Cultura y Deportes, Luis María Bandrés, argumenta la retirada de la subvención porque fue concedida para remodelar el campo de fútbol de Zubiaurre y trasformarlo en unas instalaciones de hierba artificial que diera servicio comarcal a los municipios de Zestoa, Azpeitia y Azkoitia. Sin embargo, el Ayuntamiento de Zestoa decidió no intervenir en Zubiaurre porque ponía en peligro la preservación de la riqueza arqueológica que contiene el yacimiento de Irikaitz, declarado bien cultural con la categoría de conjunto monumental, según un decreto del Gobierno vasco de julio de 2001.

En diciembre de 2001, el Ayuntamiento de Zestoa, valiéndose de unos informes realizados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, solicitó cambiar la ubicación del campo de fútbol para construir uno nuevo en la zona de Iraeta, distante 1,2 kilómetros del actual. De esta forma, el yacimiento de Irikaitz -que se encuentra a sólo un kilómetro y medio de la cueva de Ekain- permanecería intacto para continuar con los trabajos de investigación arqueológica, fruto de los cuales se han obtenido elementos de la industria lítica prehistórica. Entre ellos, margas, lascas y cantos tallados.

La Diputación no acepta los argumentos esgrimidos por el municipio para trasladar el campo de fútbol a Iraeta en lugar de remodelar el de Zubiaurre, por lo que suprimirá la subvención a Zestoa. Bandrés justifica esta decisión en que el Ayuntamiento presentó fuera de plazo su proyecto para construir unas instalaciones deportivas nuevas, y advierte de que podría incurrir en un delito de prevaricación si el Ayuntamiento destina el importe de la subvención a un proyecto diferente al inicialmente previsto en la concesión de la ayuda.

El arqueólogo director de las excavaciones de Irikaitz, Álvaro Arrizabalaga, profesor de la UPV y miembro de Aranzadi, apoya la decisión del Ayuntamiento porque las medidas de protección establecidas por el Gobierno blindan al yacimiento de Irikaitz ante cualquier intervención ajena a las investigaciones arqueológicas. La reforma del campo de Zubiaurre, como pretende la Diputación guipuzcoana, tendría afecciones sobre el yacimiento y podría alterar las estratificaciones originales de Irikaitz, según los expertos.

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La última decisión de la institución foral guipuzcoana de retirar las ayudas a Zestoa obligará a este municipio a afrontar en solitario el desembolso económico para la construcción de las nuevas instalaciones en Iraeta, que requerirá una inversión aproximada de un millón de euros (166.386.000 pesetas).

El Ayuntamiento no está dispuesto a intervenir en las proximidades de este tesoro arqueológico, por lo que ya ha contratado la ejecución de la primera fase de las obras del nuevo campo de fútbol, para las que no obtendrá ningún auxilio económico del Departamento foral de Cultura y Deportes.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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