Detenido un presunto implicado en el asesinato del magistrado Edmundo Román Pinzón en Acapulco

El secretario de Seguridad de México, Omar García Harfuch, ha anunciado la detención de un presunto implicado en el asesinato del magistrado Edmundo Román Pinzón en Acapulco. Las autoridades no han desvelado su nombre ni su participación en el homicidio del expresidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, que ocurrió el pasado 11 de diciembre. Se trata del tercer arresto relacionado con el crimen, después de que el 30 de diciembre se detuviera a Luis Gerardo ‘N’, presunto autor material del ataque, y Diana ‘N’, acusada de ayudar a esconder a los agresores.

La última detención ha estado a cargo de las autoridades federales, desde la Secretaria de Seguridad, de Defensa, la Marina, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República. Mientras, la Fiscalía de Guerrero “continúa las indagatorias para obtener la orden de aprehensión correspondiente y cumplimentarla”, ha anunciado Harfuch.

Según medios locales de Guerrero, el hombre detenido este fin de semana es conocido como El Muñeco y era un objetivo prioritario para las autoridades. “Es integrante de una célula delictiva generadora de violencia, con presencia en Acapulco”, señala El Sur de Acapulco, que afirma que durante su arresto se decomisaron también 20 envoltorios de cristal.

El asesinato de Román Pinzón terminó de cimbrar la espiral de violencia en Guerrero. El magistrado fue asesinado a balazos en el estacionamiento del Tribunal Superior de Justicia del Estado, cuando salía en coche de la institución, situada en Caleta, muy cercana a algunas de las playas más turísticas de la ciudad. Los agresores dispararon más de una docena de veces contra el magistrado, que terminó sin vida en el asiento del copiloto.

Su muerte fue el último ejemplo de una inseguridad rampante en el Estado. En noviembre, la Fiscalía halló 11 cadáveres en una camioneta en Chilpancingo. Las víctimas formaban parte de un grupo de 17 comerciantes que habían desaparecido a finales de octubre en una comunidad de Chilapa. Un mes antes de eso, se encontró al alcalde de la capital, Alejandro Arcos, decapitado en su vehículo. Habían dejado su cuerpo en el asiento delantero y la cabeza sobre el capó del vehículo. Días antes, el secretario general del Ayuntamiento, Francisco Tapia, también había sido tiroteado en una calle del centro de la capital. El crimen del magistrado se sumaba a un largo reguero de crímenes que mantiene al Estado bajo asedio.