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El IVAM redescubre la faceta escultórica del pintor André Derain

Una exposición revisa la trayectoria del famoso artista francés

Ferran Bono

Como Gauguin a fines del siglo XIX, Picasso o Matisse, Derain también se dedicó a la escultura, aunque esta producción es menos conocida que sus cuadros, al igual que el resto de artistas citados. De hecho, hasta después de la muerte de estos artistas el mercado no se ha ido abriendo a la obra escultórica, explicó ayer el director del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), Kosme de Barañano, en la presentación de la exposición dedicada a Derain, que se puede visitar en Valencia hasta el 23 de febrero para luego recalar en Lausanne. El director del museo recordó su propósito de establecer como "eje vertebrador" del IVAM la revisión de la escultura de grandes maestros del siglo XX.

La selección de esculturas de la muestra de Derain es de las más completas que se han organizado en una exposición. El Museo Thyssen-Bornemisza le dedicó una retrospectiva, pero no se centró en este aspecto. En total, el IVAM ha reunido 98 obras entre esculturas, pinturas, grabados, acuarelas y cerámicas.

Coproducida entre el IVAM y la Fondation de l'Hermitage de Lausanne, la muestra "permite por primera vez revisar y redescubrir a una artista que desempeñó un papel pionero en los movimientos artísticos de principio de siglo", señaló el comisario Rudolph Koella en referencia a la producción escultórica. Derain fue uno de los primeros artistas que tuvo una colección de escultura africana, que luego tanto influyó en otros creadores de las vanguardias. Koella hizo también hincapié en la importancia de la producción escultórica, "un pasatiempo solitario e íntimo que muy pocos conocen, a pesar de que llegó a realizar más de 150 obras con distintas técnicas y materias".

Fue pionero en tallar la piedra, y realizó también esculturas en terracota, madera y recortes de metales. Durante la Primera Guerra Mundial utilizó los restos de armamento para confeccionar máscaras. Además de la escultura, la exposición reúne algunas obras pictóricas de gran valor.

El recorrido expositivo comienza por el periodo fauvista, de 1904 a 1906. Derain fue uno de los miembros destacados de este grupo que incluyó a artistas como Matisse. El segundo apartado, Del cubismo al neoclasicismo, reflejó un cambio en su invetigación artística que desembocó en el última sección de la exposición, La manera primitivista.

Las obras de la exposición proceden de colecciones europeas y americanas como El Pompidou, la Tate, el Museo Picaso de París o la Colección Thyssen. El catálogo está ilustrado con las obras de la muestra y artículos de varios especialistas.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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