Madre y ciudadana

Como madre de dos hijos menores, y como ciudadana de Fuenlabrada, le transmito la honda preocupación por la actualidad informativa que ha adquirido esta localidad, en sólo un par de días, en relación a un asunto tan importante como es la educación de nuestros hijos.

A través de un programa de televisión regional, he visto cómo se transmitía la noticia de que una señora reclama el traslado de su hija desde un centro escolar a otro aduciendo que la menor es perseguida por algún adulto, que en cierta ocasión la zarandeó. Analizando la elaboración de la noticia, observo que la intervención de la madre demandante de plaza escolar para su hija, y la de los representantes de la Consejería de Educación es, por referirme en términos geométricos, bastante asimétrica. En una primera interpretación del suceso, y por el tratamiento del mismo, parece que la consejería ha actuado torpemente. Pero si prestamos un poco de atención, la madre exonera de responsabilidades al centro y al resto de autoridades educativas. Por tanto, ¿no se trata de un problema entre particulares?, ¿está justificado el despliegue de medios para este tema?

En el mismo programa se hace otro reportaje sobre un incidente ocurrido en un instituto en el que el director aplica una medida disuasoria a un grupo de alumnos por haber destrozado material didáctico. Y de nuevo me parece que, aludiendo a la asimetría citada antes, se le otorga más posibilidades de explicación al alumno que al profesor. Este tratamiento informativo de la noticia parece dejar de modo subliminal que la razón cae de una parte.

Para remate, abren los informativos de esta misma cadena regional con una noticia en la que se dice que en los colegios de Fuenlabrada se ha distribuido un libro dirigido hacia los jóvenes, que contiene capítulos muy polémicos que hacen escabrosa referencia a prácticas sexuales, y le muestran ante las cámaras. Como madre de alumnos, me he interesado por el problema, y la concejal de Educación me ha asegurado que este libro se distribuyó por error, que en muchos centros todavía no había llegado cuando dio la orden de que fuera inmediatamente retirado y que los profesores no le han puesto en las bibliotecas al alcance de los alumnos. Otra vez se producen dos asimetrías: no conocemos la versión de los profesores y apenas dejan explicarse a una representante de las autoridades locales.

Por cuestión de relleno de programas, a las cadenas de televisión les vale todo. No importa pasar por encima de lo que dicen las voces autorizadas, si de ellas no se escuchan declaraciones fuera de tono. Pero creo que en esta ocasión han tocado el tan delicado tema de la educación sin el debido sentido de responsabilidad y equidad informativa.