Downing Street acusa a la prensa de "destruir la imagen" de Cherie Blair
Mientras los tories piden una investigación independiente y el portavoz de Downing Street acusaba ayer a la prensa de llevar a cabo "una campaña deliberada para destruir la imagen" de Cherie Blair, ésta se vio obligada a realizar una declaración de viva voz, tras emitir dos comunicados la semana pasada.
Aunque no nombró a nadie, el mensaje de Downing Street estaba destinado sobre todo al Daily Mail, el gran tabloide de la derecha, que ha logrado destrozar la imagen de la mujer del primer ministro, considerada hasta ahora una brillante abogada con más talento que su marido y que desde ahora cargará con el muerto de haber dado toda la confianza del mundo a un estafador.
Cherie se defendió ayer como gato panza arriba en una emotiva declaración pública en la que consideró "injusto" que se atacara a su marido y al Gobierno por este asunto, reiteró que no ha hecho nada impropio, que no ha pretendido otra cosa que defender a su familia y ayudar a una muy buena amiga desde hace años. No sabía nada del pasado de Peter Foster, dijo, "a quien he visto una sola vez y menos de cinco minutos", aunque reconoció que fue "un error" dejarle entrar en los asuntos de la familia sin saber nada de él.
El caso da cada dos días un giro inesperado. Ya nadie habla de los dos pisos que los Blair compraron en Bristol con la mediación del australiano Peter Foster, que ha cumplido varias penas de prisión por estafa. Ni es noticia dejar en evidencia a la novia de Foster y amiga de Cherie, Carole Caplin, una antigua chica gogó que desde hace años aconseja a la mujer de Blair sobre su atuendo y maquillaje.
Ahora el caso ha saltado al plano político después de que el Daily Mail publicara que Cherie contactó con los abogados de Foster para tratar sobre la orden de expulsión que pesa sobre él por no tener los papeles en regla para residir en el Reino Unido. Se da la paradoja de que mientras unos acusan a Cherie de intentar impedir la expulsión, otros acusan a Tony de haber intervenido ante el ministro del Interior, David Blunkett, para acelerar la salida de Foster del país.
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